La superficie forestal de Madrid ha crecido un 25% en los últimos 20 años
Madrid tiene más bosque. El inventario forestal que Ministeno de Agricultura ha elaborado afirma que la superficie arbolada en la Comunidad ha crecido un 25% en los últimos 20 años. Los árboles, que en 1974 ocupaban el 20% de la región, han colonizado ya una cuarta parte del territorio. Las repoblaciones de los años sesenta y el abandono de la agricultura han permitido este avance. Sin embargo, sobre esta regeneración verde se ciñen tres peligros: el abandono de los planes de reforestación, los incendios forestales y el uso indebido de los montes.
Los datos de Agricultura son esclarecedores: en Madrid, en 1974, había 157.171 hectáreas cubiertas por árboles; en 1995, los árboles cubrían ya 195.465 hectáreas. En concreto, la actual supeficie forestal arbolada ocupa el 19,22% de toda la región, la forestal arbolada rala (así denominada cuando los árboles sólo cubren entre el 5% y el 10% del terreno) se extiende por el 5,13% de la Comunidad y la forestal desarbolada (los ejemplares se levantan en menos del 5% del terreno) cubre el 24,6% de la provincia. Por su parte, los cultivos se extienden por el 40% de la Comunidad y los terrenos improductivos (ciudades, carreteras, ríos, pantanos) ocupan el 11% de la región.En cuanto a especies, los pinos silvestres y carrascos son los que más se han reproducido en las dos últimas décadas. Ahora hay un 33% y un 49% más de ejemplares que hace 20 años. En concreto, 18,560 hectáreas de pinos silvestres y 1.843 de carrascos. Las encinas, sin embargo, se han estancado. Siguen ocupando sólo 54.000. hectáreas, las mismas que en 1974.
Sólo una especie ha retrocedido: los pinos piñoneros. Ahora hay un 14% menos que en 1974. De las 12.182 hectáreas de hace veinte años, ahora sólo quedan 10.528 cubiertas por esta especie. En el inventario del Ministerio de Agricultura se explica: "Es muy probable que la causa de este fenómeno [la disminución de hectáreas ocupadas por pinos piñoneros] sean los reiterados incendios forestales de los últimos 17 años, que han quemado más de 7.000 hectáreas arboladas y que se han cebado especialmente con las masas jóvenes de resinosas de llanura.
También hay que tener en cuenta que más de la mitad de la masa quemada se produjo entre los años 1985 y 1986, por lo que no ha habido tiempo suficiente para la recuperación natural de los bosques incendiados".
Menos árboles pequeños
El informe de Agricultura señala también que el número de árboles grandes o medianos ha crecido notablemente, frente al número de pequeños ejemplares que se encuentran en plena regresión: "La cantidad de árboles pequeños por hectárea es el único indicador que retrocede, pero no en todos los casos puede considerarse como algo negativo. Tanto de rebollo como de otras especies similares existían demasiados pies menores que dificultaban su desarrollo posterior. Más triste es la situación de los pequeños, árboles de pino piñonero y carrasco (en menor medida el pino silvestre y el pináster) que han sufrido una disminución brutal, principalmente debida a los fuegos, pero también a usos indebidos de los montes".
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