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Desconcierto en cascada

, Ordenar los conceptos, unificar un núcleo discursivo mínimo que permita abordar con coherencia el problema de la violencia terrorista, vuelve a ser una necesidad imperiosa para el PNV en un momento en el que el complejo de ETA-HB está volcado en su estrategia de intimidación general sobre la sociedad vasca.La proverbial cohabitación en este partido de planteamientos y perspectivas bien diferentes, instrumentalizadas políticamente en razón de la coyuntura, ha hecho crisis dejando al descubierto contradicciones que ahora resultan clamorosas dentro, incluso, de sus propias filas.

Interpelado por la realidad, el PNV se ha sentido obligado a reajustar las distintas posiciones internas sobre el "conflicto", el diagnóstico y la estrategia antiterrorista para atajar en lo posible la confusión y el desconcierto reinantes. Es un debate trascendente en la medida en que las conclusiones alcanzadas en el cónclave del PNV repercutirán en la sociedad vasca e incluso más allá. No en vano los primeros planteamientos oficiosos de los sucesivos ministros de Interior han partido invariablemente de la idea central de buscar el concurso del PNV.

La expectación por parte del mundo de la violencia terrorista está igualmente garantizada a la vista del dilema -"ir a fondo contra el PNV o presionarle ordenadamente para reconducir su trayectoria"- planteado desde hace tiempo en ETA y HB. La centralidad del PNV en el panorama político vasco, la hegemonía que mantiene en la mayoría de las instituciones propias, su condición de primera fuerza electoral y específicamente su carácter nacionalista le permiten hacer de multiplicador o inhibidor de cualquier iniciativa.

Contradicciones

De ahí, que las contradicciones instaladas en su seno hayan impregnado de confusión, en un efecto de cascada, a las instituciones y colectivos sobre los que se articula la sociedad vasca. Hay, efectivamente, un abismo entre las declaraciones del consejero de Interior Juan María Atutxa y las de aquellos dirigentes que reaccionaron ante el cadáver del ertzaina Montxo Doral señalando que "lo importante es que esta muerte no abra un abismo entre los abertzales". Como lo hay entre el intento del ex consejero de Cultura Joseba Arregui de regenerar el nacionalismo sobre la base estatutaria en el encuentro entre los sectores sociales y políticos vascos y la propuesta de Juan María Ollora de desbordar el marco estatutario para incorporar a ETA-HB.

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Ni el manto de la ideología nacionalista ha evitado que declaraciones como las de Joseba Egibar, quien dijo temer más a España que a ETA o que apreció contenidos democráticos en la última propuesta de la banda terrorista, hayan chirriado en los oídos de los afiliados que suelen participar en las concentraciones pacifistas. La cuestión capital es si el PNV será capaz de elaborar y sostener en el tiempo una alternativa que no suscite contradicción alguna entre nacionalismo y democracia.

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