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Asesinado a tiros el principal líder sindical argelino

Abdelhak Benhamuda, líder de la poderosísima e influyente central Unión General de Trabajadores Argelinos (UGTA), con más de tres millones de afiliados, fue asesinado ayer a tiros en la puerta de la sede del sindicato, en pleno centro de Argel. Benhamuda, de 50 años, se encontraba en plena carrera política hacia la jefatura del Gobierno, para lo que contaba con el apoyo del presidente de la República, Liamín Zerual, y de un sector del Ejército.

Benhamuda fue asesinado de cuatro tiros -dos en la cabeza y otros dos en el tórax-, disparados por cinco jóvenes, uno de ellos armado con un fusil de asalto Kaláshnikov, que le esperaban ante la puerta principal de la sede de la UGTA, situada en la plaza del Primero de Mayo de Argel, muy cerca del barrio de Belcourt, donde, paradójicamente, ayer se efectuaba una habitual "operación de limpieza islamista".Los miembros del comando alcanzaron con sus primeros disparos al líder sindical, instantes antes de que éste pudiera entrar en el coche blindado que le esperaba ante el edificio. Después, los atacantes abrieron fuego con frialdad contra los dos guardaespaldas de Benhamuda. Mataron a uno de ellos e hirieron gravemente al segundo, que previamente había tenido tiempo de desenfundar su pistola y disparar contra los asaltantes.

Cuando los miembros del comando ya huían a pie hacia el barrio vecino de Belcourt al tiempo que disparaban ráfagas de ametralladora, uno de los más íntimos colaboradores del líder sindical se arrodilló junto a Benhamuda, abrazó su cuerpo tendido en el suelo mientras agonizaba y escuchó sus últimas palabras: "Kamel, hermano, nos han traicionado".

La frase enigmática de Abdelhak Benhamuda dará mucho que hablar en Argelia, a pesar de que en el comunicado oficial del Gobierno, difundido ayer por el Ministerio del Interior, se acusaba a los guerrilleros integristas del asesinato. La clase política argelina barajaba ayer sin tapujos la hipótesis de un compló, y decía estar convencida de que Benhamuda fue ejecutado por determinados sectores del poder, que a toda costa trataban de poner fin a su influencia, cada vez más importante, en los círculos presidenciales.

Benhamuda, profesor de árabe y firme opositor al movimiento integrista, había anunciado el pasado noviembre su intención de abandonar la UGTA y formar un nuevo partido político de centro, apoyado por toda la "familia revolucionaria argelina". Contaba para ello con el apoyo del presidente Zerual y con la de un importante sector de las Fuerzas Armadas.

Elecciones legislativas

El patrón de la UGTA se perfilaba, pues, como seguro vencedor de las elecciones legislativas que está previsto celebrar este año en Argelia, y, por consiguiente, como futuro jefe del Gobierno, a pesar de la oposición declarada de un sector de los antiguos combatientes de la guerra de liberación -la Organización Nacional de Muyahidin- y de otros clanes del Ejército y de los servicios policiales.El sindicalista asesinado ayer había prestado importantes servicios al actual régimen argelino. Benhamuda se convirtió en diciembre de 1991 en el principal responsable de la trama civil que apoyó el golpe de Estado que derrocó al presidente Chadli Benyedid, anuló las elecciones, cuya primera vuelta ganaron los islamistas, y dio paso a la implantación de una Junta Militar.

Posteriormente, Benhamuda apoyó dentro de los círculos internos del poder el nombramiento de Liamín Zerual como candidato. a la presidencia de la República. No en vano ambos procedían de la región de Constantina, al este de Argelia. Su influencia política había crecido notablemente en los últimos años, gracias a su incesante labor de agitación frente al integrismo. Para ello contaba con los sectores más conservadores de la sociedad, pero también de los movimientos feministas, atemorizados por la llegada de los integristas al poder.

Benhamuda apoyaba la solución militar en Argelia y se oponía constantemente a cualquier posibilidad de diálogo, pero su intransigencia se reflejaba también en los planteamientos económicos, que le llevaron a enfrentarse a cualquier tipo de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y a frenar la privatización de las empresas estatales.

Benhamuda ya había sido blanco de diversos atentados. El más importante ocurrió en 1993 cuando llevaba a su hijo en coche a la escuela. Uno de los disparos le alcanzó en la cara y le causó lesiones en un ojo. Meses más tarde, un hermano y un primo del líder sindical fueron asesinados en Constantina por un supuesto comando islamista.

[Por otro lado, la explosión de una bomba en Blida (60 kilómetros al sur de Argel) causó anoche un muerto y 17 heridos, según informaron los servicios de seguridad argelinos.]

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