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Alfonso Guerra Vicesecretario general del PSOE | ENTREVISTA

"Desde hace 30 años estoy preparado para dejar la dirección del PSOE"

Alfonso Guerra, 56, años y 22 de ellos en la dirección del PSOE, ha abierto el congreso del partido socialista, previsto para el mes de junio, cuando éste ni siquiera se ha convocado oficialmente., Sus alusiones esta semana a que influyentes socialistas, encabezados por el presidente andaluz Manuel Chaves, pretenden retirarle a él y a sus hombres de la próxima dirección se han convertido en el primer debate de un cónclave en el que los socialistas pretenden poner en forma a su partido para emprender la reconquista del poder. Guerra, por tanto, se ha movido, Queda por ver si finalmente saldrá en la foto. Pregunta. Usted ha afirmado que hay una operación encabezada por Manuel Chaves para que abandone la ejecutiva del PSOE en el próximo congreso. ¿Quiénes forman parte de esa operación? ¿Cómo se ha desarrollado? Respuesta. Yo he afirmado que con vistas al próximo congreso hay dos salidas: una, hacer un congreso sobre las ideas; y otra, hacerlo sobre las personas. Y también indiqué que había algunas personas, entre ellas Manuel Chaves, que tenían esta segunda visión. Las palabras operación, campana, maniobra... son de otros, que han tomado las cosas como les interesa. Luego otras personas han dicho exactamente lo mismo que yo, que no hay que dedicarse a un debate sobre personas. Yo he llamado la atención, al parecer con algún éxito, acerca de que no se debe hacer un debate sobre personas; y ahora todos coinciden con ese punto de vista.

P. Pero usted indicó que determinadas personas no querían que siguiera en la ejecutiva. ¿Quiénes son y por qué no quieren su continuidad?

R. No tengo que explicar por qué algunos no desean mi continuidad. Estoy bastante acostumbrado a una crítica muy dura de la derecha, que siempre ha considerado, en mi opinión de forma exagerada, que yo era un obstáculo para que el partido socialista templara sus planteamientos en dirección a postulados más acordes con lo que desearía la derecha. También estoy acostumbrado a las críticas de cierto sector de mi partido que me consideran un inconveniente en el desplazamiento hacia posiciones más liberales. Pero ahora, sobre todo, se refieren a otros dirigentes más que a mí.

P. ¿A quiénes, concretamente?

R. Bueno, algunos personajes del partido consideran que otros deben desaparecer de la dirección.

P. Concrete, por favor.

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R. No quiero entrar en un debate de personas.

P. ¿Se refiere a José María Benegas y a Francisco Fernández Marugán?

R. Todo el mundo sabe a quién me estoy refiriendo.

P. Yo no.

R. Usted lo sabe de sobra.

P. Se ha publicado que hubo una reunión de dirigentes socialistas, el día 13, en la que se decidió la. fecha del congreso y se hicieron alusiones a que usted no debería continuar. ¿Tiene conocimiento de esa reunión?.

R. Conozco lo que se ha publicado en los periódicos. El día 13 yo estaba en Cuba.

P. ¿Usted ha sido informado de la fecha del congreso? ¿O ha participado en la decisión?

R. Se ha debatido en la dirección. Aunque aún no hay una fecha definitiva ésta deberá fijarla el Comité Federal.

P. ¿Piensa que la actual ejecutiva es operativa o que sería mejor reducir el número de sus componentes?

R. En el anterior congreso me pareció ya una Ejecutiva demasiado numerosa, por eso no lo tengo que indicar ahora como novedad.

P. ¿Cree que Felipe González no desea su continuidad en la ejecutiva?

R. Eso tendrá que preguntárselo a él, yo no soy quién para decirlo.

P. Le pregunto por su impresión.

R. Yo no soy quién para interpretar a nadie.

P. ¿Cuáles son las razones profundas de su enfrentamiento con Felipe González?

R. Yo no tengo ningún enfrentamiento con Felipe González; mi único enfrentamiento es con la derecha española.

P. ¿Cómo dice?

R. Lo que oye, que yo nunca he tenido un enfrentamiento con Felipe González.

P. Le va a resultar difícil convencer a la opinión pública de lo que está diciendo.

R. Usted está interpretando a la opinión pública, pero yo no coincido con esa interpretación. Le insisto en que mi enfrentamiento desde hace muchos años es con la derecha española.

P. ¿Continúa siendo amigo de Felipe González?

R. Sí, por supuesto, yo soy amigo de Felipe González.

P. ¿Y tiene la impresión de que González le considera su amigo? R. Le digo lo de antes, eso debe preguntárselo a él. Yo sólo puedo contestarle por lo que a mí me concierne.

P. Pero tratándose de relaciones de amistad cada parte percibe las reacciones de la otra.

R. Usted está empeñado en que yo me haga portavoz de los demás, y yo eso no lo puedo hacer.

P. ¿Está preparado psicológicamente para dejar la dirección del partido?

R. Desde hace 30 años. P. ¿Hay alguien imprescindible en la dirección del PSOE? R. No hay nadie imprescindible en el mundo, eso forma parte de la condición humana.

P. ¿Ni siquiera Felipe González?

R. Usted lo quiere centrar todo en Felipe González.

P. Ha habido dos dirigentes socialistas, José Bono y Cipriá Ciscar, que han indicado esta misma semana que les parece irrelevante que usted esté o no esté en la próxima ejecutiva. ¿Cuál es su opinión?

R. Sí, eso lo he oído. En fin, estas cosas dependen de la autoridad que tenga quien las diga.

P. En los últimos años muchos de sus antiguos colaboradores han pasado a combatirle, ¿qué piensa de ellos?

R. En principio, la discrepancia es absolutamente legítima.

P. ¿Por qué perdió el PSOE las últimas elecciones?

R. No fue una causa sola. Se combinaron numerosas razones, desde los propios errores a las campañas durísimas contra nuestro partido o el cansancio que se da siempre después de muchos años en el Gobierno. Este conjunto de elementos determinó que un sector electoral, no muy grande, se decantara sobre todo por la abstención y diera al Partido Popular un punto más, cosa que por cierto no es demasiado. Por una diferencia pequeña de votos quedamos en segundo lugar. Luego el Partido Popular llegó a un acuerdo con los nacionalistas y consiguieron formar Gobierno, en mala hora.

P. ¿Cree que con otro candidato el PSOE habría salido mejor parado?

R. Eso es una mera especulación que no tiene mucho sentido hacer.

P. ¿En su opinión debe repetir Felipe González como candidato en las próximas elecciones?

R. Queda muchísimo tiempo para las próximas elecciones, no estamos ahora en ese ámbito de trabajo.

P. González ha hecho indicaciones en el sentido de que probablemente repita como candidato.

R. Estamos hablando de un futurible, porque insisto en que acabamos de comenzar la legislatura. Pero, vamos, yo no voy a descubrir ahora las cualidades de Felipe González como candidato electoral.

P. Usted ha dispuesto de amplias cuotas de poder durante muchos años. ¿Es fácil en esas circunstancias caer en el abuso de ese poder?

R. Mi experiencia personal me dice que no es inevitable. Yo personalmente he hecho un gran esfuerzo para considerarme en los márgenes del poder, para no sentirme en el ojo del huracán, porque eso le distancia a uno. No se trata de tomar el poder por sí mismo. Se trata de saber para qué se hacen las cosas. También he visto a mucha gente pelearse, pero no por tener un cargo político determinado, sino sencillamente por asistir a un cóctel.

P. ¿Cuáles son sus competencias actuales como vicesecretario general del PSOE?

R. Las que vienen determinadas en los estatutos, sustituir al secretario general cuando no está presente y apoyar a la secretaría general en todo lo que sea requerido.

P. ¿Podría concretar un poco más, en lo que se refiere a las tareas de apoyo?

R. Son tareas de todo tipo, de coordinación, de comunicación con federaciones y muchas otras más.

P. ¿Despacha habitualmente con Felipe González? R. En nuestro funcionamiento no está establecida una periodicidad para este tipo de despachos. Se producen con normalidad siempre que son necesarios.

P. ¿Cuándo fue la última vez que despachó con el secretario general? R. Pues el martes pasado [la entrevista se realizó anteayer viernes] hablamos por teléfono. De todas formas parece que usted tiene un interés enfermizo por los detalles sobre mi relación con Felipe González.

P. En lo que queda de año además del congreso se van a producir otros acontecimientos que afectan al PSOE, como el juicio por el caso Filesa. ¿Usted pone la mano en el fuego por los altos cargos socialistas procesados?

R. Para empezar, la instrucción ha sido extraordinariamente sui géneris. Yo tengo la impresión de que finalmente todo este asunto va a desembocar en nada. No creo que se vaya a probar nada, porque nada hay que probar.

P. ¿Con la perspectiva actual, la historia posterior de los socialistas no habría sido diferente en el caso de que hubieran actuado con mayor prontitud y rotundidad en los casos de corrupción?

R. Lo primero que hay que decir es que aquí se han roto normas elementales de un Estado democrático. Aquí en cuanto ha aparecido un rumor sobre algún político, si era socialista mejor, pero no sólo socialista, se le ha considerado inmediatamente culpable, sin más apelación. Aquí los dirigentes políticos se han visto obligados a demostrar continuamente su inocencia, lo cual es una aberración. Estas cosas tienen su precedente en España y se llama Tribunal del Santo Oficio. Esto ha distorsionado todo lo demás, incluido el tratamiento de los casos concretos en los que se han producido casos de corrupción.

P. ¿Piensa que la solidaridad interna de los partidos políticos debe abarcar a quienes se lucran por medios ilícitos?

R. No, por supuesto que no.

P. Y con la perspectiva actual, ¿no piensa que se equivocó en la defensa política que hizo cuando aparecieron los primeros rumores sobre irregularidades de su, hermano Juan?

R. No, son los que realizaron declaración tras declaración quienes deben rectificar. Empezando por los dirigentes políticos que insistieron una y otra vez en no sé cuántas acusaciones, que deberían rectificar una vez conocidos los resultados de los dieciocho procedimientos. Pero ya verá como no lo hacen.

P. ¿Aquel asunto le supuso un daño político irreparable?

R. Desde luego lo intentaron.

P. ¿No cree que a partir de entonces su figura política fue perdiendo vigor ante la opinión pública?

R. A menudo se olvida que en las últimas elecciones la candidatura que yo encabecé obtuvo los máximos resultados. E incluso, en una elección anterior, el máximo de todos los partidos y en todas las circunscripciones. Eso conviene recordarlo de vez en cuando.

P. Su actividad parlamentaría actual se reduce a a botón en las votaciones ¿Por qué?

R. Eso habría que preguntárselo a la actual dirección del grupo parlamentario. En etapas anteriores tuve un notable protagonismo en el debate parlamentario. Siempre estoy dispuesto a intensificar mi actividad en el Congreso de los Diputados. P. ¿Comparte la estrategia de oposición que desarrolla el partido socialista contra el Gobierno popular?

R. Es la estrategia aprobada por los órganos de dirección, de los que yo formo parte. Evidentemente la comparto, aunque a veces en una acción global puedo pensar que algún aspecto concreto lo realizaría de ésta u otra manera, pero para eso debatimos entre todos. P. ¿Qué aspecto le disgusta más de esa estrategia?

R. Eso es lo que debatimos en la dirección.

P. Usted ha dedicado mucho tiempo al trabajo de las encuestas. ¿Cuál es su impresión sobre la situación actual?

R. Resulta curioso que en este ámbito quienes menos entienden son los que hablan con más autoridad. Yo he tenido un cierto interés por este campo y, desde luego, lo primero que debo aclarar es que las encuestas expresan una tendencia, no una fotografía electoral. En este sentido, lo más sorprendente es que el Partido Popular es la primera fuerza política democrática que nada más llegar al Gobierno no disfruta de un plus de intenciones de votos adicionales, el llamado voto deferente, que se suma al respaldo electoral propio cuando un partido llega al Gobierno, sobre todo si es por primera vez. Habitualmente este porcentaje suele ser de ocho o diez puntos más. Por el contrario, los populares han perdido apoyo a partir del primer minuto de acceder al Gobierno. Desde el primer sondeo hay un porcentaje de ciudadanos que se avergüenzan de haber votado al PP. Eso es aún más importante que la distancia de unos puntos que le saca el PSOE.

P. ¿Qué es lo que menos le gusta del presidente del Gobierno, José María Aznar?

R. Su mediocridad. P. ¿Se parece en algo a usted el actual vicepresidente primero, Francisco Álvarez Cascos? R. En nada, esa comparación me parece particularmente odiosa.

P. ¿Se ha sentido traicionado en su partido en los últimos años?

R. No.

P. ¿Nunca? ¿Tampoco ahora?

R. No, la gente hace lo que hace y eso forma parte de la vida. Si hay algunos que estaban en posiciones semejantes a las mías y abandonan esas posiciones es un problema de ellos, no mío. P. Confirme o desmienta definitivamente si es suya la frase "el que se mueva no sale en la foto". R. No, no es mía. Es una frase muy habitual en México, donde al parecer se usa en un sentido diferente al que se le da aquí. A mí me han atribuido muchísimas frases, algunas muy buenas, que no son mías, y otras malísimas.

P. ¿No se ha movido usted demasiado en los últimos años?

R. Si entendemos moverse por buscar nuevas respuestas a los desafíos sociales, nunca se mueve uno suficientemente.

"El PP es la primera fuerza política democrática que nada más llegar al Gobierno no disfruta de un plus de intenciones de votos adicionales. Hay un porcentaje de ciudadanos que ya se avergüenzan de haberle votado" -¿Usted continúa siendo amigo de Felipe González? -SÍ, por supuesto. Yo soy amigo de FeIipe González. -¿Y tiene la impresión de que González le considera su amigo? -Eso debe preguntárselo a él. -¿Que es lo que menos le gusta,- del presidente Aznar? -Su mediocridad.

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