El legado de Azaña

En EL PAÍS del 19 de enero se publica un artículo del profesor don Juan Marichal, titulado El legado histórico del presidente Azaña.Comparto totalmente la tesis del artículo, sintetizado quizá en el párrafo "de ahí que los diarios recién hallados constituyan un patrimonio nacional indudable que sobrepasa 'propiedades' familiares, y corresponde al Archivo Histórico del Estado su custodia, facilitando así su acceso a todos los investigadores del pasado español". También estaba de acuerdo con esa misma tesis en enero de 1984, respecto a "los papeles de Azaña" que se encontraron entonces en la antigua Escuela de Policía, y he tenido la fortuna de hablar sobre ello, en alguna ocasión, con el profesor Marichal. Por ello quiero hacer una rectificación a una de las informaciones contenidas en dicho artículo, en el que, por lo demás, se me alude.

Dice Marichal que la propuesta que me hizo a mí y al entonces ministro de Cultura, Javier Solana, de entregar los "papeles" al Archivo Histórico Nacional, no fue la que se adoptó. Ese dato es erróneo. El acuerdo tomado por el Consejo de Ministros el 1 de febrero de 1984, miércoles, a propuesta del ministro de Cultura, fue que los "papeles" se entregaran al Archivo Histórico Nacional. Funcionarios del archivo se hicieron cargo de los documentos, los ordenaron, clasificaron e inventariaron. Terminados esos trabajos se celebró un acto de entrega oficial, aproximadamente un mes después del acuerdo del Consejo de Ministros, con mi asistencia y la del ministro de Cultura, Javier Solana. Todo lo que expongo quedó debidamente reflejado aquellos días en los medios de comunicación. Es cierto que yo hubiera preferido que se prolongara la situación de interinidad que permitió a diversos estudiosos -alguno recomendado por el propio Marichal- consultar los "papeles" de forma directa.

No fue así, precisamente porque se acordó esa entrega al Archivo Histórico. El Gobierno en el que yo participé es ésa la decisión que tomó. Si hubo otras fue en ámbito distinto y, por supuesto, fuera por completo de mi competencia y de mi responsabilidad.