Rozhdestvenski lamenta la penuria económica de las orquestas rusas
El director ruso actúa en Madrid con la Orquesta de Cadaqués
Gennadi Rozhdestvenski (Moscú, 1931), uno de los directores de orquesta más prestigiosos del momento , se presentó anoche en auditorio Nacinal al frente de la orquesta de Cadaqués.Horas antes sostuvo un encuentro en la Residencia de Estudiantes , en donde habló de sus experiencias profesionales y la difícil situación de las orquestas rusas
Jovial y bromista, este director dice expresarse mejor con las manos, "como los sordomudos", que con la palabra. Sin embargo, durante el encuentro que, sostuvo ayer en la Residencia de Estudiantes, dio muestras de que no le faltan recursos para expresarse y, mucho menos, ideas. Rozhdestvenski no ha dirigido jamás a ninguna orquesta desde el podio. Según él se trata de modestia, sino de un gesto democrático. "Prefiero estar al mismo nivel que los músicos", reconoce. Su fama como director lo ha llevado al frente de las más prestigiosas formaciones, y esa experiencia no siempee es fácil. "Cuando me enfrento por primera vez a una orquesta siento una especial aprensión. Me encuentro como un torero ante un toro recién salido al ruedo. Yo les miro a los ojos, en busca de los que te siguen con atención", dice. "Después hay que comprobar el nivel de la orquesta. El primer ensayo te da la medida de hasta qué punto puedes improvisar. La improvisación es uno de los principales componentes de cualquier arte. Si no puedes improvisar, no vale la pena interpretar. Es mejor que te compres un disco y lo repitas mil veces". El músico, que ha trabajado años bajo el régimen soviético, y después bajo el democrático en Rusia, observa las diferencias entre ambos, y también las lamentables similitudes. "Las cosas han cambiado en Rusia con la democracia, pero no se puede decir que todo haya ido a mejor. Los maestros de las orquestas, acostumbrados a recibir su sueldo mensualmente se han visto obligados a buscar patrocinadores privados y eso no siempre garantiza su independencia. Por ejemplo, la Orquesta Sinfónica de Moscú tuvo como sponsor a la secta japonesa La Verdad Suprema, los que hicieron esos atentados en el metro de Tokio con gas sarín. Pagaban muy bien a los músicos, pero les obligaban a hacer una sesión de meditación antes de cada concierto. Eso no es libertad. Tampoco la tiene la Orquesta Nacional de Rusia, que cuenta como patrocinador al multimillonario Getty. Nada qué objetar, salvo que él tiene un pequeño hobby: es compositor y cantante. Y se empeña en cantar sus piezas con la orquesta".
Babelia
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