No son abetos
Por segunda vez, don Joaquín Merino, el pasado día 26 de diciembre, utiliza su columna para exponer lo que es, a su criterio, una tala indiscriminada de abetos, y digo la segunda porque allá por el mes de febrero, y ante una actuación del Departamento de Parques y Jardines, se_permitió criticar la eliminación de unos deteriorados y peligrosos chopos en el paseo de Ruperto Chapí.En esas fechas y al hilo de otra columna de doña Soledad Puértolas, expresó su concepto de lo que es proteger el arbolado de la ciudad, es decir, permitir que se abandone hasta que se produzca la posible caída de los ejemplares sobre la vía pública.
Pues bien, en aquel momento intenté explicar esta actuación en una carta similar a la que ahora le remito y que desearía no corriera el mismo destino que la primera, es decir, que no se publicara.
Señor Merino, la ciudad de Madrid es una de las que más árboles de alineación posee en el mundo, más de 202.000 ejemplares. Pero como usted bien sabrá, los árboles, como todo ser vivo, nacen, se desarrollan y mueren, y, en muchos casos, en pie, con el consiguiente problema que esto puede producir por caídas totalmente imprevistas. Éste era el caso de los chopos del parque del Oeste, que fueron posteriormente sustituidos por celtis australis, actuación ésta, por cierto, aplaudida por numerosos expertos.
Pues bien, por segunda vez, el señor Merino, como decía, cuestiona la eliminación de unos abetos en la mediana de la calle de Toledo, pero estos abetos no son tales sino cupresus, en su mayoría arizónicas, que se encontraban, asimismo, en precario estado botánico.
No sucede lo mismo con los cedros, ejemplares que, por supuesto, permanecerán en este espacio urbano y que se verán completados con la plantación de siete unidades singulares, además de 7.000 unidades de boj (buxus), 3.000 unidades de flor de temporada, 1.800 unidades de rosales, 3.500 unidades de aromáticas y más de 1.200 metros cuadrados de pradera, todo ello con riego automático, que, sin duda y aun no pudiendo contemplar la belleza de la Puerta de Toledo desde el puente de Segovia, permitirán que los vecinos de la zona, seguramente inquietos por esta injustificada e irresponsable voz de alarma, continúen disfrutando de este pequeño espacio verde.
Señor Merino, esta ciudad tiene 5.000 hectáreas de zonas verdes (muy por encima de las ciudades europeas de nuestro entorno) y cada año se reponen en la ciudad cerca de 10.000 árboles, 300.000 arbustos y más de cinco millones de plantas de flor, pero también, de cuando en cuando, es necesario eliminar ejemplares enfermos o que han completado un ciclo vital y que pueden resultar peligrosos para la seguridad vial, sin que esto deba resultar un trauma para nadie.
Le garantizo que el equipo de profesionales de Departamento de Parques y Jardines no pretende sino legar a nuestros descendientes una ciudad más habitable y con mejor calidad de vida, en aquella parcela que nos corresponde que es la de que Madrid siga siendo una ciudad cada vez más verde.-
es arquitecto del Departamento de. Parques y Jardines.
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