_
_
_
_

Gabriele Morelli publica un estudio sobre la recepción crítica de la 'Generación el 27'

La antología de Gerardo Diego fijó históricamente la solidez del grupo de poetas

Ya se habían hecho la foto del Ateneo de Sevilla, en diciembre del 27; ya habían asistido al funeral por Góngora, en la iglesia de Santa Bárbara, todos ellos en el banco de duelo de la familia. Pero Gerardo Diego les obligó, además, a escoger unos poemas, a enviar una foto e imaginar un currículo, a pensar en una poética. Le costó, pero lo consiguió. Aquella antología de 1932, con 14 nombres, es la foto-fija de constitución la Generación del 27. El hispanista italiano Gabrielle Morelli ha reunido ahora n un libro todos los documentos sobre la repercusión que tuvo esa lúcida selección.

"Sin esta antología", comenta el hispanista italiano Gabriele Morelli, profesor de literatura española contemporánea de la Universidad de Bérgamo, "la generación del 27 no se hubiera constituido; más tarde, sí, pero Gerardo Diego, al publicarla en 1932, fija históricamente a un grupo decisivo como es el de los poetas del 27". Certificó, sin duda, la existencia de lo que García Lorca llamaría en 1936, en un homenaje a Cernuda, "mi capillita de poetas, quizá la mejor capilla poética de Europa". Para Rafael Alberti, "fue un gran escopetazo, Gerardo Diego nos aglutinó en esa antología".Como toda antología, célebre o provinciana, la de 1932 de Gerardo Diego suscitó, entre allegados y despegados, incluidos y excluidos, gran polémica desde que salió en la editorial Signo, de Madrid, con una tirada de 2.000 ejemplares y que acabaría siendo, en términos relativos, un auténtico best seller editorial. Esta polémica, privada o pública, en cartas y en periódicos, era conocida, pero hasta ahora nadie había tenido la paciencia y el celo de copista medieval mostrados por Gabriele Morelli, quien, tras tres años de trabajo y de investigación detectivesca y derroche de seducción (hay que convencer para que los allegados suelten un papel), ha entregado en Madrid a su editor, Manuel Borrás, de Pte-Textos, su trabajo, que, con el título de Historia y recepción de la Antología Poética de Gerardo Diego, está a punto de publicarse. "Por fin he podido aclarar toda una serie de incógnitas sobre esta tan decisiva antología", comenta.

Su trabajo tiene dos partes. En la primera, Morelli ha reconstruido "la génesis de las vicisitudes de esta antología a la luz de la correspondencia cruzada entre Gerardo Diego y su. editor Palazón y entre él y sus compañeros de generación", además de recopilar los artículos de crítica, en contra y a favor, publicados no sólo en España, sino también en otros países (Mathilde Pomés, haciéndose eco en Francia; Eugenio Montale, deslumbrándose por la poesía española en Italia; una crítica en The Times, otra en una revista californiana). Gran parte de este material es inédito o muy poco conocido. "He utilizado fragmentos de todos estos materiales para tejer el hilo de la narración y evidenciar en todos los momentos difíciles el capítulo evolutivo de aquella hazaña literaria llevada a cabo por el antólogo", explica.

La segunda parte *incluye 80 cartas que constituyen el epistolario inédito de Gerardo Diego y sus dos editores, Palazón y García Valdés, de la editorial Signo que Morelli ha encontrado en un pueblo de las cercanías de Murcia; 38 cartas privadas (21 de ellas inéditas) de algunos de los incluidos y excluidos además de comentarios y artículos polémicos en prensa.

Y es que, como señala Morelli, "la cultura oficial estaba en contra de la antología". Precisamente un periódico, El Heraldo de Madrid, se convierte en portavoz de los que rechazan a ese grupo de creadores de una nueva poesía. "Se defendía a Domenchina y a Juan Ramón", comenta Morelli, "y atacaban a aquellos poetas que se alejaban de la tradición". Hay críticas durísimas de periodistas como Miguel Pérez Ferrero (Gerardo y sus amigos, tituló uno de sus artículos) y César González Ruano, quien, en Currinchería poética de Gerardo Diego y otras cosas, se hacía cruces de la parcialidad y del amiguismo mostrado por el antólogo y se indignaba porque hubiera incluido a Manolito Altolaguirre, sobre todo a éste. "Lo cierto es que el tiempo", resume Morelli, "le ha dado la razón a Diego. Giorgio Bodini ha escrito que es el caso único de antología en la que el antólogo no se ha equivocado en ningún nombre".

Que fue una antología de amigos, eso es indudable; pero "Gerardo, Diego afirmó siempre que era una antología selectiva mirando hacia una nueva poesía, la del futuro, de ahí la importancia que sigue teniendo esta antología de 1932". En una carta de Alberti de aquel año, incluida en este libro, éste le dice a Diego: "...eres el único capaz de amarrar a los poetas y hacerlos comparecer codo con codo ante los tribunales de los siglos".

Elogios y lamentos inéditos

Si a González Ruano no le gustaba la inclusión de Altolaguirre a éste, en cambio, tan próximo al proyecto de Diego, no le gustó para nada que hubiera metido entre los 14 de la fama a Juan Larrea. "Excesivo Larrea", escribe Dámaso Alonso en carta inédita de marzo de 1932, "y para colmo de males ' traducido del francés, querido Gerardo: no te enfades conmigo, pero, mira,. la verdad, si Larrea escribe en francés, o en chino, pertenecerá a la literatura francesa o a la china, no a la española". Menos mal que, a continuación, le tranquiliza: "Todo esto son tiquismiquis. El libro me ha gustado mucho (...). Algo he leído de la marejadilla que has levantado. Absolutamente injusta. E indignante por la reiteración en negar derecho de entrada a Cernuda, Aleixandre y Manolito [Altolaguirrel. ¡Qué acémilas!". Y respecto a la fotografía, a Dámaso Alonso le parece bien, "claro está que no estoy tan gallardo como tú, ni tan floral y afrodisiaco como Aleixandre, ni tan atildado como Cernuda...". En otra carta inédita, ésta de Alberti, acusa el autor de Marinero en tierra recibo desde París del revuelo "que has armado. Leía, por fin, el emberrinchado engendro del rosado Enriquito. ¿Y el León Felipe? ¿Cuándo nos entierra en esos anunciados folletones? ¿Y, el Domenchina? ¿Quién es ése? ¡Cuánta cagarruta seca.En carta, también inédita, de Juan Guerrero Ruiz, éste recoge. el parecer de Juan Ramón Jiménez. "...Entre otras cosas, me dijo que le parecía bien la antología -aunque tenía algunas erratas-, y que no tenían razón los impugnadores, porque de los poetas excluidos, ninguno valía realmente la pena de figurar en el libro".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_