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Una nueva red de medidores predecirá la contaminación de los días siguientes

Antonio Jiménez Barca

Igual que el hombre del tiempo prevé si va a llover o no, los responsables del aire madrileño podrán saber con días de antelación qué grado de contaminación sufrirá la ciudad. La atmósfera será auscultada con 15 modernos medidores que analizarán los índices de contaminación y las causas que influyen en su aumento o descenso. El programa, elaborado por el área de Medio Ambiente y que cuesta 1.000 millones (800 millones aportados por la UE), empezará a pronosticar, la polución en 1997.

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"Ahora mismo podemos saber cómo está hoy el aire de contaminado, y apurando bastante, pero a base de conjeturas, cómo estará mañana o pasado mañana, pero nada más", dice Joaquín Fernández, jefe del departamento municipal de Contaminación y uno de los responsables del proyecto.Con el visto bueno -y los millones- de Europa, saber a más largo plazo si hay que restringir las calefacciones o el tráfico para que el aire que envuelve la ciudad sea menos peligroso será más fácil. Nuevas estaciones de medición, nuevos observatorios y unos sensores especiales que penetran en las capas bajas de la atmósfera permitirán los cálculos.

"Imaginemos un caso extremo", explica Fernández , una inversión de temperatura en la atmósfera en noviembre". Este fenómeno ocurre cuando en las capas altas de la atmósfera el aire es más caliente y pesa menos que en las bajas. "La consecuencia es que el aire de las capas bajas se instala encima de la ciudad y es inamovible", añade Fernández.

"En el fondo, la atmósfera funciona como una chimenea, y contra lo que la gente cree, el aire se mueve más para arriba que para los lados. Por tanto, cuando en las capas altas de la atmósfera el aire está caliente y pesa menos, la chimenea no funciona y el aire frío no se renueva y se va cargando poco a poco de contaminación", explica el técnico.

Pues bien, con el sistema que a lo largo del año instalará el Ayuntamiento se podrá prever el comportamiento de la atmósfera, esto es, de la chimenea, y, consecuentemente, saber si el aire frío va a moverse y despejar el panorama. "Esto permitirá", dice Fernández, "saber si es necesario, por ejemplo, cortar las calefacciones o restringir el tráfico para paliar la inversión térmica que, según los cálculos, se avecina".

Perfil de la atmósfera

Para ello, además de reforzar las 19 estaciones ya existentes repartidas por la ciudad, se crearán otras 14 -cinco de altura- que se colocarán a lo largo del año que viene en distintos barrios madrileños. Se instalará también, en un punto, aún no determinado", un sodar, esto es, un equipo capaz de emitir y recibir ondas que proporcionan un perfil de la atmósfera, algo así como un corte transversal del aire hasta una altura de 1.500 metros. En una palabra, una radiografía de la chimenea para saber si el tiro funciona. Otra de las novedades del nuevo sistema es que los mismos ciudadanos podrán conocer el nivel de pureza del aire antes de salir a la calle. Los resultados de las diversas estaciones de medición pasarán a un ordenador central. Éste, a su vez, procesará la información recogida.

Al final, todo madrileño conectado a "Internet o a algún sistema informático similar", según Fernández, podrá ver en su ordenador el nivel de contaminación.

"Con todos los datos que nos llegan elaboraremos una nota media y una predicción con una nota media general. Por ejemplo, hoy un siete, para mañana está previsto un nueve, para pasado mañana un cuatro y así" dice el jefe del departamento municipal de Contaminación Atmosférica.

"La Unión Europea incide mucho en el hecho de que los ciudadanos tienen que estar bien informados del nivel de contaminación que padecen", concluye Fernández. "Alguna ciudad ya ha sido multada por no informar a sus habitantes, y no. queremos que nos pase eso a nosotros", dice el técnico del Ayuntamiento.

Actualmente, el municipio dispone de una red para medir la contaminación que data de 1978. "No es que esté obsoleta, es que se puede mejorar con las nuevas técnicas", añade Fernández. Además de los 1.000 millones que se prevé gastar el año que viene, el plan proyecta desembolsar otros 300 millones en 1998 y 1999 para profundizar el sistema.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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