Resuelto el misterio de cómo vuelan los insectos
Nuestros sentidos nos dicen que los insectos vuelan, pero hasta ahora la teoría aerodinámica clásica sostenía que no deberían poder volar. Este misterio ha sido resuelto por investigadores británicos. Charles P. Ellington y sus colegas del Departamento de Zoología de la universidad de Cambridge han demostrado que la especie de polilla Manduca sexta produce remolinos de aire en la superficie superior de sus alas durante cada aleteo hacia abajo.Éstos crean un área localizada y transitoria de baja presión que genera suficiente sustentación para soportar 1,5 veces la masa de la polilla con facilidad. La sustentación aerodinámica depende de que la presión del aire bajo el ala sea mucho mayor que la presión sobre el ala.
Hasta ahora, los cálculos se habían hecho sobre alas fijas, que se movían en ángulos constantes, a través de flujos de aire con velocidad constante, en los cuales casi nunca suceden remolinos. Pero lo que vale para aviones no vale para los insectos, cuya forma de volar -alas no fijas, ángulo de ataque continuamente variable, velocidad del aire cambiante, y constante cambio de dirección- se encuentra siempre en el límite, de forma que genera turbulencia e inestabilidad. Los flujos turbulentos son muy difíciles de reducir a fórmulas matemáticas, por lo que los investigadores tienden a no tenerlos en cuenta.
Para llegar a los resultados publicados en la revista Nature, los británicos filmaron una polilla real que volaba en flujos de aire coloreado y luego la sustituyeron por un modelo mecánico 10 veces mayor que movía las alas 26 veces más despacio, para preservar la similaridad dinámica. Así fue fácil observar la formación de bolsillos de aire y su evolución a lo largo del ala, debido a que durante el aleteo el ala se mueve hacia adelante además de hacia abajo. En general lo más parecido a un insecto es un avión tipo caza.Copyright Nature News Service
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