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Entrevista:

"Necesito que el director me ame"

Concha Velasco ha llegado a sus recién cumplidos y magníficos 57 años siguiendo una trayectoria profesional intensa que la ha mantenido en primera fila desde que enamorara a los españoles en aquellas comedias cinematográficas de los 50 que apostaban por el optimismo desarrollista, hasta su interpretación de Palmira Gadea en Más allá del jardín, la película que Pedro Olela ha dirigido, sobre la novela de Antonio Gala, que se estrena el viernes.Pregunta. ¿Qué ha supuesto para usted Más allá del jardín?

Respuesta. Antes que nada, mi regreso al cine, después de haberlo tenido abandonado durante muchos años. Fui yo, voluntariamente, la que me negué a hacer muchas cosas, estupendas en los últimos años, porque me sentía cómoda haciendo teatro en Madrid y así podía estar. cerca de mis hijos.

P. ¿La convenció Pedro Olea para regresar?

R. Pues sí, Pedro, que es amigo mío, me ha criticado mucho que estuviera apartada del cine. Te advierto que, cuando leí Más allá del jardín, ni se me pasó por la cabeza que me la pudieran ofrecer, Pedro siempre me tuvo al corriente de las actrices en las que se había pensado, incluida Catherine Deneuve. La verdad es que le agradezco muchísimo a Pedro que me haya rescatado para el cine con un papel tan importante y en una película tan impresionante.

P. No es fácil encontrar personajes de mujer.

R. No, y menos de estas características, una protagonista de 50 años que está prácticamente toda la película en pantalla. Pedro ha sido el director que quizá me ha entendido mejor... junto con Josefina Molina, para quien hice la serie sobre Santa Teresa. Yo necesito que el director me ame En el momento en ue estoy rodando, lo qu hago lo hago para él, para que me guste, para emocionarle. Si eso no ocurre, lo noto inmediatamente. En el caso de Olea, hay amor Y admiración mutuos.

P. ¿Cómo se las arregla cuando ese sentimiento no se produce?

R. Lo supero con oficio, con sentido común y con profesionalidad. Detesto que se hable de la profesionalidad como algo peyorativo, que se considere más la genialidad del actor que llega sin saberse su papel ni las marcas, que aparece con retraso y se hurga la nariz. A mí me gusta el actor que es normal, que es profesional y respeta a los demás.

P. ¿Qué ha sido lo mejor de Más allá del jardín?

R. Que he disfrutado muchísimo. A mí no me va nada lo de dentificarme con el personaje, por que lo mejor de ser actriz es poder fingir otras vidas y, luego, cortar En el caso de Palmira Gadea era, tanta la necesidad de estar bien, tantas las emociones personales que tenía que aportar... Todo tenía que ser sincero, y me ha costado salir de Palmira. Me costó hasta volver a ponerme el pelo de. mi propio color. Además, el último día me tocó rodar el accidente del hijo, sufriendo como loca con él en brazos, mezclándose en mi cabeza aquel dolor con la idea de que era el fin de rodaje y ya habían preparado la copa de despedida.

P. De nuevo, un personaje de Antonio Gala.

R. De cuantos he hecho, para mí, el mejor es el de Olaya la judía, en Las cítaras colgadas de los árboles, la, obra más importante de Gala, que hice en teatro dirigida por José Luis Alonso. Luego estrené Carmen, Carmen, que fue el éxito más grande que he tenido en mi vida. Y, al fin, escribió La Truhana para mí, y a mí me parece que no le salió, porque, a veces; cuando se escribe para una actriz o un actor pensando que le vas a dedicar lo mejor, y pienso que Antonio lo quiso, no sale. Volver a hacer un texto suyo era impensable, ya te he dicho que nunca creí hacer de Palmira, y al principio me daba miedo caerle bien o mal, pero ahora no me importa en absoluto. Ahora me parece que es más la película de Pedro Olea que la novela de Antonio Gala, la que tiene que gustarle al público. Eso es lo que más me preocupa.

P. Hay quien se pregunta qué nace para estar tan bien. En otras palabras, ¿qué ha aprendido viviendo?

R. ¿Que estoy bien? Sí, es verdad, pero no es porque me acepte ni me guste, aunque lo parezca. Yo no me acepto, estoy llena de contradicciones, a veces me avergüenzo de no ser mejor, debe de ser por soberbia y por éste afán puñetero de perfeccionismo que tengo. Lo que sí he aprendido... He te nido una etapa en mi vida, al principio de los tiempos, en que no me gustaban las mujeres como amigas, los hombres y sus vidas me parecían mucho más interesantes. Por educación o carácter pensaba así, y lo que he descubierto con el tiempo es que las mujeres, no todas, claro, son estupendas. Ése ha sido mi gran cambio, que he perdido admiración por ellos aunque los hay magníficos- y me he dado cuenta de que, entre las mujeres, hay más sensibilidad, inteligencia y talento del que yo creía. Supongo que eso me ha servido también como actriz para desarrollar mejor mis personajes.

P. Creo que, hace unos tiempos, sufrió una crisis profunda.

R. Yo siempre he tenido miedo a la muerte, a la oscuridad, a las tormentas. Efectivamente, hace tres años me hundí en. la clásica depresión. Tenía miedo de mí misma, de mirar atrás y ver que no había hecho nada, de mirar hacia adelante y ver que sólo me quedaba el camino inexorable hacia la muerte. Me daba igual pensar que soy una privilegiada, que no tengo motivos para quejarme. Sólo quería dormir y llorar. Por suerte, resurgí. Y vi que no puedo permitirme el egoísmo de mirarme el ombligo. Me niego a compadecerme. Y ahora estoy en un momento fenomenal.

P. Lo cierto es que usted siempre resurge.

R. Sí, igual que cuando acabo de tener un éxito, me embarco en un trabajo opuesto, para que no me encasillen.

P. ¿Cómo va a quitarse de encima a Palmira Gadea?

R. Estoy grabando la serie de televisión Mamá quiere ser artista, para Antena 3. Empezará a emitirse en el mes de. enero, y en ella no soy ni buena ni mala, ni triste ni alegre, sino como tantas madres que buscan realizarse a través de sus hijas. Una mujer que se lleva fatal con su marido, pero a quien le gusta estar calentita,. con esa, cosa a su lado por las noches.

P. ¿Qué tal se ha portado con usted el amor?

R. En el amor no se puede conseguir nada, el amor nos atonta, la pasión nos mata. Luego, las cosas se transforman. Eso de que el amor es una amistad con sexo es verdad, y está la complicidad, tener un proyecto común. Pero no creo que se haya vivido totalmente si no se ha tenido una pasión. O más

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