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Las miserias del padre Ubú cumplen 100 años

Homenaje en la Facultad de Bellas Artes de Madrid al personaje de Jarry

El padre Ubú nació en el teatro de L'Ouvre de París el 10 de diciembre de 1896, lo que supuso no sólo un gran escándalo en la sociedad de la época sino el surgimiento del teatro moderno. Su creador, el francés Alfred Jarry, lanzó al mundo una criatura en la que confluyen todas las miserias de la condición humana. Un antihéroe que Francisco Nieva define como "una mina en la que siempre se encuentran nuevas y valiosas vetas". Albert Boadella, líder de Els Joglars, cuyo Ubú president se pasea por el territorio español, piensa que Jarry realizó una radiografía de un individuo que todos llevamos dentro. José Luis Gómez, actor y director del Teatro de la Abadía, dónde se prepara un Ubú, lo califica de "pedo rejuvenecedor".

Otros recreadores de Ubú también defienden la filosofia jarryniana y anuncian un acto de celebración del centenario para hoy en la Facultad de Bellas Artes de Madrid. Se representarán escenas del ciclo Ubú y habrá una mesa redonda sobre Jarry. Su organizador, el profesor y escenógrafo Javier Navarro, presentará, simultáneamente, la Sociedad Neopatafisica, creada con el objetivo de mantener vivo el espíritu de Jarry. Navarro considerá a Ubú el primer antihéroe de la literatura dramática, y un personaje fundamental para todo el arte modemo, no sólo para las vanguardias del siglo XX: "Reúne todos los vicios de la especie humana de la manera más burda, y dadaístas y surrealistas han reconocido a Jarry como su mentor".

Ubú nace de la pluma de Jarry como pitorreo hacia un profesor que éste tenía en el instituto. El personaje procede de unos textos escritos a los doce años, a los que luego da forma dramática. El estreno de su primer Ubú, rey (a sus 23 años), bajo la dirección de Lugné-Poë y con la colaboración de Henry Toulouse-Lautrec y Pierre Bonnard, el 10 de diciembre de 1896, conmocionó a la sociedad francesa. Era una denuncia contra las ideas dominantes.

Luego vinieron otros textos emanados de las miserias de este personaje: Ubú cornudo, Ubú encadenado, Ubú en la colina y unos fragmentos de Los almanaques del padre Ubú. A partir de ahí han sido innumerables los estudios sobre esta figura y las puestas en escena, más o menos libres, de los diferentes Ubús. Nieva y Boadella son los creadores españoles que más han transitado por los enfangados paraísos del padre Ubú. El académico tiene varias versiones sin estrenar y otras que han subido a los escenarios, como la realizada en 1982 para el Teatro Popular de Muñecos y Máscaras. Ahora ultima otra, en la que juega con todo el ciclo Ubú, que se estrenará en primavera en el Teatro de la Abadía de José Luis Gómez, bajo la dirección de Rosario Ruiz.

Nieva habla con entusiasmo del estreno parisiense de Ubú, como si él hubiera estado allí: "Estremeció a la sociedad francesa, tuvo un tremendo eco social y la palabra miérdagra fue profundamente, analizada", señala el escritor, que destaca que la nueva escritura aportada por Jarry es la que inspira posteriormente a muchos surrealistas.

Ubú-Pujol

Boadella ha montado dos veces Ubú. Operació Ubú en 1981 y Ubú president, el pasado año (ahora se representa en Valencia y seguirá de gira por España). En ambas ocasiones ha tomado prestado el colmillo de Jarry para clavárselo a Jordi Pujol: "Para conseguir el objetivo jarryniano tuve que colocar a un fetiche de la tribu catalana como Jordi Pujol, y conseguí que el personaje tuviera una cierta autenticidad, al tiempo que obtenía el rechazo de una parte de esta sociedad", afirma. "Con Ubú-Pujol no tengo que hacer demasiadas conversiones, es un personaje muy cercano a la patafisica de Jarry". Para el director catalán, el personaje es una especie de introspección en el alma humana más primitiva, en las pasiones, en el hombre animal; es una radiografía sobre un individuo que todos llevamos dentro y por educación y respeto no enseñamos: "Él lo presentó a la créme francesa y yo a la créme catalana, que cien años después está, como todos nosotros, muy curtida, con la piel muy gruesa y con mucho humor para aguantar lo que le echen. Jarry hubiera entrado en una auténtica desesperación, porque esta sociedad ni se escandaliza ni se sorprende".

Angel Facio, autor de una curiosa versión de Ubú, afirma que Jarry aportó un nuevo canon estético: "Consiguió la entronización de los antagonistas y estableció una nueva forma de comunicación con el público, al que en vez de adular, enfada".

El Teatro de la Abadía prepara estos días el Ubú que dirigirá Rosario Ruiz. José Luis Gómez, director de este centro escénico, señala que Ubú supuso una ruptura radical: "Es un pedo rejuvenecedor; representa el peligro latente del pequeño, burgués que llega a dictador, de él emanan los fascismos". Rosario Ruiz afirma que Ubú es la semilla, que ha marcado el siglo: "Ninguna cultura ha desdeñado hacer un Ubú, porque en él estamos todos. Jarry plantea una profunda rebelión hacia lo más mundano, sucio, consumista y conservador ,que hay en nosotros, pero Jarry no es un moralista, es un superviviente".

El grupo vasco Legaleón Teatro acaba de estrenar su segundo ¡Ubú! (ya hicieron otro hace 10 años), bajo la dirección de Óscar Gómez Mata, quien habla de los paralelismos entre la época de Jarry y la actual: "Ubú habla de la realidad de hoy, de algunos grandes problemas con los que nos tuteamos cotidianamente: la ambición, la lucha por el poder, la corrupción, los fines antepuestos a los medios que dehumanizan a la sociedad".

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