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Una nave aporta indicios de que en la cara oscura hay un enorme lago helado

Gracias a Clementine, una nave espacial no pilotada del departamento de Defensa de EE UU, la imaginación puede volar libre mente sostenida por un descubrimiento científico. Clementine ha aportado datos que indican que en la Luna puede haber un lago de hielo. Y, como declaró enseguida el astronauta Story Musgrave desde el transbordador Columbia, "si en la Luna hay hielo, eso quiere decir que hay agua; y si hay agua, eso quiere decir que disponemos de un recurso natural de extraordinaria importancia para establecer allí un observatorio o algún tipo de colonia minera".

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Agua de cometas

Seis visitas a la Luna por las naves Apolo no encontraron en nuestro satélite el menor rastro de vida. Doce hombres, todos estadounidenses, caminaron por su superficie, a 392.000 kilómetros de distancia de la Tierra, sin ver otra cosa que una aridez surrealista. Todas las piedras y rocas recogidas allí se revelaron extraordinariamente secas. La vieja discusión científica sobre la existencia o no de agua en la Luna parecía saldada: no habla la menor gota de líquido.Pero Clementine, según confirmó en el Pentágono Dwight Puston, del programa conocido como Guerra de las Galaxias, ha aportado informaciones que permiten suponer que en la eterna oscuridad del Polo Sur de la Luna existe un lago de hielo de varios metros de profundidad. Todo empezó en 1994, cuando Clementine, en órbita en tomo a la Luna, envió unas ondas de exploración hacia el interior de un cráter situado en el Polo Sur y transmitió los resultados a las antenas instaladas en la Tierra. Tras dos años de estudios, las deducciones de los expertos de la NASA y el Pentágono es que allí puede haber todo un lago de hielo.

El cráter investigado por Clementine es conocido como el cráter Aitkin del Polo Sur de la Luna, y es el más amplio y profundo descubierto hasta ahora en el sistema solar. Tiene unos 2.400 kilómetros de diámetro y unos 13 kilómetros de profundidad; esa zona de sombra eterna es "dos veces el tamaño de Puerto Rico" dieron ayer los tres expertos de la NASA y el Pentágono que acompañaron a Duston en la conferencia de Prensa que confirmó la noticia. La información suministrada por Clementine permite imaginar que alrededor de un 1% de esa zona es puro hielo, unos depósitos de varios metros de grosor.

¿Cómo pudo llegar allí el agua? "Desde un cometa", respondió Duston. "Es posible", explicó, "que moléculas de agua cayendo en la Luna desde uno o varios cometas se concentraran en cavidades sometidas a un frío polar permanente en las zonas oscuras de la Luna". Esto permite, según el Pentágono, soñar en la posibilidad de establecer una colonia humana permanente en la Luna. El agua de los depósitos de hielo podría ser usada como bebida y, a partir de su oxígeno e hidrógeno, como fuente de energía. La confirmación del descubrimiento permitiría asimismo especular sobre la existencia de formas microscópicas de vida en la Luna.

Clementine, que, según informó ayer el Pentágono, ha terminado su misión y ahora va errando por el espacio sin la menor utilidad, puede haber descubierto lo que las naves Apolo no encontraron.

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