La guerra amenaza con acelerar la descomposición de Zaire
La ausencia prolongada del presidente Mobutu Sese Seko y la creciente expansión de la rebelión de los tutsis banyamulenges en la provincia oriental de Kivu, han relanzado las especulaciones en la capital zaireña, Kinshasa, donde convergen informaciones inquietantes procedentes de las regiones más remotas del país.Laurent-Désiré Kabila, un jefe rebelde salido de la nada de la historia después de que los banyamulenges conquistaran Goma y Bukavu (capitales de Kivu norte y Kivu sur) y una franja de territorio a lo largo de las fronteras de Ruanda, Burundi y Uganda, ha consolidado su autoridad en la región nombrando nuevos gobernadores y alcaldes para intentar establecer una nueva administración en los territorios librados.
Su jefe de Estado Mayor, el comandante André-Kisase Ngandu, estima que los combates en el este de Zaire pronto terminarán. Los dos afirman que no buscan la secesión de Kivu, sino que su objetivo es tomar el poder en Kinshasa. Sin embargo, la secesión de Katanga en 1960 está aún en la mente de todos, y Kabila es katangués.
Ha apoyado la rebelión también en el norte de Katanga (ahora Shaba), cerca de Kálemié, en el lago Tanganika, donde los banyamulenges están asentados. El fantasma de una apuesta independentista de Shaba quita el sueño al Gobierno de Kinshasa, al tiempo que fuertes tendencias autonomistas se manifiestan igualmente en Kasal Oriental y en Kasaï Occidental. Kasaï y Shaba, con enormes recursos minerales, miran más hacia África austral -especialmente África del Sur- que hacia África central y el resto del continente.
La 'parte útil'
Estas tres grandes regiones -Kivu, Shaba y Kasaï- constituyen la parte útil de Zaire. Kivu, considerado el granero del país, al parecer dispone de enormes reservas de gas natural y petróleo; Kasaï rebosa de diamantes, y el subsuelo de Shaba es rico en cobre, cobalto, manganeso y uranio. El noreste de Alto Zaire también tiene abundancia de diamantes y petróleo. Una compañía norteamericana acaba de, obtener la concesión de 83.000 kilómetros cuadrados para realizar prospecciones petrolíferas.
Kabila y Ngandu encontraron más que apoyo de Ruanda, Burundi y Uganda para lanzarse al asalto de Kivu.
Por otra parte, el líder de la oposición radical zaireña, Etienne Tshisekedi, regresó ayer al país y declaró que su simbólica entrevista con el presidente Mobutu en Francia ha marcado el comienzo de la reconciliación nacional, ya que le ha encargado formar un Gobierno de unidad nacional, informa Reuter. Tshisekedi fue recibido por miles de seguidores en el aeropuerto de Kinshasa e hizo un llamamiento a los tutsis banyamulenges para iniciar el diálogo.
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