Halffter pone música a Kafka y Don Quijote
El compositor dirige 'Las turbas' con la Orquesta Nacional, superadas sus diferencias
La obra Las turbas, de Cristóbal Halffter, presenta este fin de semana en Madrid as su estreno en Cuenca en Semana Sana. El compositor regresa por segunda vez como director a la Orquesta Nacional desde 1989, superadas sus diferencias con los músicos, que le rechazaron entonces como titular. Calificada por la crítica como "asombrosa y magistral", Las turbas recrea la célebre procesión conquense y en la Halffter plasma "el origen pagano" de a fiesta. El músico compone ahora dos obras basadas en la literatura: una en Kafka y otra, su primera ópera, en el Quijote.
A sus 66 años, Halffter vive un intenso periodo creativo. Este año ha estrenado en Dresde (Alemania) Memento a Dresde y en Cuenca Las turbas, dos obras para orquesta de enorme tensión y hallazgos musicales, y el próximo marzo la Filarmónica Checa estrenará en Praga una obra encargada con motivo de los 100 años de la agrupación. Halffter, uno de los tres compositores europeos elegidos para la efemérides, ha creado una partitura titulada Odradek. "Es un homenaje a Kafka", cuenta el compositor. "Se basa en un relato corto, Las preocupaciones de un padre de familia, en el que existe un ser que no es humano pero tampoco un objeto, que aparece y desaparece, que está hecho de lanas y tiene una especie de antena metálica, que se comunica y a veces habla, que está siempre en la casa. Y la preocupación. del padre es que va a permanecer entre ellos durante generaciones, porque no tiene principio ni fin".Halffter ha procurado captar ese aplastante mundo kafkiano para su obra musical, a través de masas sonoras que se expanden: "desaparecen y surgen las cosas, el objeto pronuncia expresiones incongruentes pero con una cierta poesía". El compositor admira del escritor "la fantasía por encima de todo, y el enfrentamiento con la realidad, el hecho de que da un paso más, algo que me preocupa porque hacer música es también meterse en otra realidad sensible".
Tripas y crines
Y Halffter hace un paralelismo entre el Odradek y los instrumentos musicales. "Un violín es un trozo compuesto de maderas, con cuerdas de metal o de tripa que se tocan con un arco de crines. Nosotros transformamos esa realidad del objeto en un mundo sensible. Gracias al violinista y al compositor, el instrumento se transforma y penetra en una realidad completamente diferente".
De Kafka, Cristóbal Halffter pasa ahora a Cervantes. Es la primera vez que se enfrenta con el teatro: prepara el libreto y la música para una ópera que se estrenará en el Teatro Real de Madrid en el año 2000. Tres episodios del Quijote le servirán para expresar qué queda del Quijote en el siglo XXI. "Para mí, su legado se resume en una frase: 'sed realistas, luchemos por lo imposible", dice el compositor. "La utopía, el transformar los elementos más elementales de la vida en ideales a la busca del bien, el desfacer entuertos tomándose la vida seriamente y, a la vez, con un gran sentido de la ironía y del humor".
"Si el texto es banal yo no puedo ponerle música", explica Halffter acerca de su elección del Quijote. "Por eso, como necesito contar una historia y la de don Quijote es sobradamente conocida, puedo entregarme por completo a la palabra de Cervantes, y de otros autores del Siglo de Oro, que me sirven fonética y poéticamente. Por ejemplo, en el enfrentamiento con los galeotes, cuando apalean a don Quijote, las palabras e interjecciones no me importan sino como estímulo de la acción musical".
Hace 42 años que Cristóbal Halffter dirigió por primera vez a la Orquesta Nacional, y el Compositor dice que "era absurdo" el enfrentamiento que en 1989 hizo que los músicos votasen en su contra como director musical. Es la segunda vez desde entonces que Halffter regresa al podio de la agrupación. "Lo que pasó con la ONE es que hubo falta de cauces de entendimiento: ni yo supe expresar lo que quería ni ellos tampoco".
Griterío del pueblo
Ayer, Halffter ensayaba perfectamente integrado con el equipo musical. Sonaba Las turbas, pieza basada en la manifestación religioso-popular-musical que se celebra en Cuenca durante la noche del Jueves al Viernes Santo. En esa tradición es protagonista el griterío del pueblo, "que insulta manifiestamente", explica el compositor. "Insulta a los que son culpables de la muerte de Jesucristo, y al propio Jesucristo, porque siendo el hijo de Dios no se defiende. Hay una subversión elemental y comprensible, y con ese tipo de protesta que se contagia con los tambores, con los gritos, he pretendido una obra musical".
En la partitura, la cuestión personal sobre la creación y la divinidad -"que todos tenemos, unos por rechazo, otros por aceptación", explica Halffter-, se concentra en la orquesta, mientras que las turbas están representadas por un grupo de percusión. "Y en un momento dado la masa irrumpe y domina a la orquesta, y en otro la orquesta domina sobre la masa". Obra de disposición simétrica, en la que el crescendo llega a un punto culminante que se disgrega, Las turbas supone, según han anotado varios críticos, una nueva cota en la producción del compositor.
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