Temas que envejecen bien

Un encuentro con Los Pekenikes siempre deviene en fiesta nostálgica en la que, a la sombra de aquel pasado ye-ye en blanco y negro,se conjuran verdaderas piezas mágicas, prodigiosas canciones de esas que parece que ningún músico hubiera compuesto nunca, sino que más bien siempre andan flotando por algún lado y esperando que los músicos den con ellas para traspasarlas a sus propios instrumentós.Esta numerosa y mítica banda atesora en su repertorio varias de las mejores composiciones que el rock instrumental español -un estilo francamente exiguo en la actualidad, pero que, tuvo su aquél en los años sesenta haya dado jamás. Pero es que además son canciones con un, nivel que las hace envejecer de maravilla; tan bien, al menos, como envejecen sus autores.

En Hilo de seda el peso de la armonía descansa en la leve trompeta con sordina. Sin embargo, en Lady Pepa el protagonista es el violín. En Embustero y bailarín y Sombras y rejas la lírica la establece la característica guitarra eléctrica de sonido cristalino. En Time is tigh es el órgano el que interpreta la melodía e, incluso, la voz humana tiene su pequeña oportunidad en ,Cerca de las estrellas o Dolores.

Los Pekenikes fueron ya vanguardia en su momento. A partir de entonces su música ha ido convirtiéndose en clásico que no precisa ya devolución alguna. Pero, a cambio, ofrecen la pericia instrumental adquirida a través del paso del tiempo por sus componentes y, en el caso del batería Félix Arribas y el bajista y fundador del grupo Ignacio Martín, estas facultades interpretativas llegan a resultar impresionantes. Atrevidos ambos como dos recién llegados al rock, interpretaron sendos solos con sus instrumentos que harían las delicias de cualquier principiante en un grupito de barrio. Los Pekenikes ofrecieron, sin ningún lugar a duda, un más que correcto espectáculo, evidenciando que aún les queda vida musical para rato.