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Rojo ratifica la recuperación económica pero insiste en la moderación salarial

El Gobierno y el Banco de España expresaron ayer su optimismo sobre la marcha de la economía. Con la moral elevada por el respaldo de la Comisión Europea a las posibilidades de que España esté en la primera velocidad del euro, tanto Rodrigo, Rato como Luis Ángel Rojo dieron por confirmado que la economía se ha acelerado. Sólo dos advertencias. Rojo insistió en que el ajuste debe perdurar más allá de 1997 y pidió moderación salarial, al igual que Rato. El ministro de Trabajo, Javier Arenas, explicó que el paro empeoró en octubre y puso fecha a la nueva reforma laboral: la primavera de 1997.

El gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, clausuró ayer unas jornadas oganizadas por The Economist dando un espaldarazo al Gobierno, pero, al tiempo, un toque de atención. Fue algo así como decir que las cosas van bien pero no hay que descuidarse porque, aunque es muy probable que España forme parte de la unión monetaria como ya ha dicho la Comisión Europea, hay criterios como el de inflación que son más difíciles de cumplir, fundamentalmente por el aumento de los precios de la energía -"más perdurable de lo que en principio se pensé"- y por el incremento de los costes salariales. Con todo, Rojo piensa que el repunte que los precios experimentaron en verano será transitorio. "Las expectativas", dijo, apuntan a que prosiga la desaceleración, de forma que los primeros meses del año próximo se cuzará el nivel del 3% y nos acercaremos a lo que estipula Maastricht".El gobernador confirmó la recuperación de la economía española, que ha crecido en tomo al 2% en los tres primeros trimestres "y lo hará en una tasa algo superior" en el conjunto del año. Destacó que esa recuperación se ha dado, además, con mayor estabilidad y apeló a las previsiones de organismos internacionales de al menos un 2,7%. A su juicio, a ello ha contribuido el proyecto de Presupuestos que, al haber optado por la reducción del déficit mediante el recorte del gasto, ha propiciado la rebaja de los tipos de interés.

Rojo puso como ejemplos de la buena marcha económica la mejora de la balanza de pagos, la reducción del déficit y "el saneamiento considerable del sector privado", de forma que cree que el escenario ahora es favorable "para la reanudación de los procesos de inversión como ya está ocurriendo en bienes de equipo". El gobernador indicó que es ese componente de la demanda interna el que más está tirando de la economía, mientras el consumo privado experimenta "un lento avance".

Sin embago, estar en un buen momento, no quiere decir, según el gobernador que se hayan superado los dos principales problemas. El primero de ellos es pasar el examen de entrada en la moneda única, lo que España puede conseguir. El segundo, y para Rojo "el más importante", es mantener la estabilidad una vez dentro, de la unión monetaria lo que requiere mantener las políticas de ajuste. "Hay que garantizar la sostenibilidad del esfuerzo fiscal, su continuidad".

Rojo alertó contra el excesivo optimismo de los mercados -"porque a veces se equivocan" ya que están confiando demasiado en una negociación política sobre la unión monetaria-, más que en el cumplimiento aritmético de los criterios de convergencia de Maastricht.

En una intervención anterior a la de Rojo, el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, aseguró también que la economía se recupera, que el consumo sale de su letargo y que la inversión privada se animará por el descenso de los tipos de interés y el aumento de la demanda. Pero las buenas noticias para la economía no deben truncarse por un aumento excesivo de los salarios. "El Gobierno insiste en que la moderación salarial, acompasada a la previsión de inflación y a las ganacias de productividad, es el mejor camino para el mantenimiento del poder adquisitivo y para la creación de empleo", explicó Rato.

De momento, los datos sobre empleo correspondientes al mes de octubre "no serán buenos", según avanzó el ministro de Trabajo, Javier Arenas. La culpa es del sector servicios que ha deshecho las contrataciones que efectuó para los meses de verano, explicó el ministro. Pese a las exigencias de CiU y las urgencias de algunos sectores empresariales, Arenas señaló que esperará a los acuerdos que adopten patronal y sindicatos y señaló la primavera del año próximo como el momento más propicio para llevar a cabo la nueva reforma laboral.

Liberalizacion, pero "sin cierre" de empresas

La cadena de ministros que ayer desfiló ante los empresarios, inversores y académicos reunidos por The Economist durante dos días en Madrid recurrió a las esencias liberalizadoras aunque con matices. El ministro de Industria, Josep Piqué, redujo la presencia del Estado a sanidad, educación e infraestructuras pero con reformas que incorporen criterios de gestión empresarial. Rodrigo Rato habló de un nuevo modelo de empresa pública pero sin llegar al cierre de ninguna de las actuales. Y Javier Arenas explicó que lo esencial para un "proyecto de centro" es el diálogo social del que la política económica "no puede prescindir". Un día antes, los empresarios que participaron en las jornadas pidieron una reducción clara de la presencia del Estado en la economía y una reforma laboral urgente.

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