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TRAGEDIA EN LOS GRANDES LAGOS

"Estuve dos días sin comer de puro miedo"

Juan Carlos Sanz

JUAN CARLOS SANZ¿Miedo? Estuve dos días sin comer de puro miedo cuando los rebeldes tutsis entraron en Bukavu". Cegada por los focos de televisión, la educadora y religiosa del Divino Pastor, Mwavita Kwazima, de 35 años, contaba ayer a quien quisiera escucharle en el vestíbulo de llegadas del aeropuerto de Barajas su escapada desde la región de los Grandes Lagos. Iba de la mano de tres novicias africanas -las únicas que esbozaban una sonrisa- y amparada por cuatro religiosas españolas de su orden. Pero la monja de Bukavu -"no sé si mis familiares están vivos o muertos", decía- se negaba a desvelar su carta de naturaleza tribal: "No soy hutu ni tutsi, soy zaireña". Su mirada se ensombreció al recordar a los hombres armados que" hace 10 días, irrumpieron en el convento: "Se llevaron todo nuestro dinero y lanzaron amenazas de muerte".Los religiosos que desembarcan en los últimos días en el aeropuerto de Madrid dan la voz de alarma: intervención armada o catástrofe humanitaria. La misionera Inmaculada Sáinz de Navarrete, erigida en portavoz del grupo de monjas que regresó ayer a España, se sumó a la letanía de quienes claman por una solución bélica. "La toma de Bukavu por los banyamulenges [tutsis zaireñosl se produjo en apenas hora y media porque apenas encontraron resisten cia. Después comenzó el pilla je y dejaron sin comida a toda la población".

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Más muertos que en 1994

"Si no hay una intervención militar muy rápida habrá más muertos que en 1994 [en Ruanda]", advertía Sáinz de Navarrete, que vivió hace dos años en Butare el drama del conflicto étnico entre hutus y tutsis del país de las mil colinas. Tras, más de ocho años en África sólo piensa en regresar a su tarea de formación de novicias. "Es como si te arrancaran otra vez de un ser querido". Con ella han vuelto las religiosas de su orden Teresa Hernández y Luisa Aguirre, las tres originarias del País Vasco, y la granadina Piedad López. La misionera andaluza lloraba al abrazar a sus familiares. Fue amenzada de muerte en Bukavu.

Las monjas que han regresado de Bukavu, evacuadas. hacia Kigali el pasado fin de semana en un convoy organizado por la Unión Europea, hablan de hombres blancos entre los rebeldes tutsis fuertemente armados. "No sabemos nada más", cortaron en seco el diálogo las misioneras cuando se les preguntó por la presencia de mercenarios en el conflicto.

En la región de Kivu Sur aún permanecen tres monjas de su orden, incomunicadas a unos 25 kilómetros al norte de Bukavu.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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