La credibilidad que el Supremo otorgue a Roldán y Damborenea decide el futuro procesal de González
La Sala Segunda del Tribunal Supremo decidirá hoy si el ex presidente del Gobierno Felipe González compare ce como imputado en el caso GAL o si las acusaciones contra él deex altos cargos socialistas, como Ricardo García Damborenea o Luis Roldán, carecen de entidad como para llamarle a declarar por el secuestro de Segundo Marey. El pronunciamiento de la Junta de Fiscales, contrario acitar a González, parece despejar en buena medida el futuro procesal M ex presidente. Aprovechando que la vista será pública, las distintas acusaciones redoblarán sus esfuerzos para llevar a González ante el Supremo.La sala estará compuesta por diez magistrados. En caso de empate decidiría el voto de calidad del presidente, José Augusto de Vega. Sin embargo, las últimas indagaciones apuntan más bien hacia una decisión mayoritaria que, tras un primer sondeo y si la mayoría es significativa, podría convertirse en unanimidad. Las previsiones más optimistas señalan que la vista finalizará a primeras horas de la tarde. El presidente del tribunal notificará la decisión al término de las deliberaciones.El recurso sobre el que debe pronunciarse la Sala Segunda se dirige contra la decisión del juez Móner de no llamar a declarar como imputados a tres diputados, González, el ex vicepresidente Narcís Serra y el secretario de Relaciones Políticas del PSOE, José María Benegas. En un auto del pasado junio Móner explicó su negativa: la ley confiere al instructor la facultad de denegar las diligencias que considere "inútiles, innecesarias y perjudiciales". No basta, por tanto, que en el marco de un proceso penal una persona dirija una supuesta cualidad de "imputado" contra otra. Móner no apreció en las declaraciones de Damborenea y Roldán base suficiente para imputar a los tres aforados en el caso Marey.
También los fiscales de Sala del Supremo José María. Luzón y Emilio Vez se pronunciaron contra la imputación de González, Serra y Benegas. Tras escuchar a los procesados, mantuvieron el informe de la Junta de Fiscales de 1995, el mismo con el que se abrió el proceso en el Supremo y en el que se propuso un suplicatorio para José Barrionuevo.
Según este informe, las únicas acusaciones contra González son las declaraciones de Damborenea y una vaga alusión de Julián Sancristóbal, "no respaldadas por ninguna otra prueba" e "insuficientes para acordar" la comparecencia de González en calidad de imputado". Respecto a la participación de Serra y Benegas, todo se limita. a "meras suposiciones".
Tras este informe, ni siquiera laartillería pesada del ex director de la Guardia Civil Luis Roldán, en su declaración del 29 de mayo, sirvió para alterar el criterio. Roldán acusó a González de "saberlo todo", pero no fue capaz de ofrecer prueba alguna. Este testimonio era el "bagaje probatorio" que restaba oficialmente por examinar al ministerio fiscal cuando se convocó la extraña Junta de Fiscales de Sala del pasado miércoles.
Tras el examen del material aportado por Roldán, los 15 integrantes de la Junta de Fiscales se pronunciaron por unanimidad en contra de otorgar al ex prófugo Roldán credibilidad como para inculpar al ex presidente.
La posición de Móner y de la Junta de Fiscales será respaldada en la vista por el Servicio Jurídico del Estado y los defensores de Rafael Vera y José Barrionuevo, Manuel Cobo del Rosal y Pablo Jiménez de Parga, que se pondrán del lado del ex presidente.
Por contra, la declaración de González como inculpado será reclamada por el abogado de la acción popular, José Luis Galán, y por los defensores de Francisco Álvarez y Julián, Sancristóbal, José María Stampa Braun y Manuel Murillo. Intervendrán también los letrados Enrique Fernández de la Lama, defensor de García Damborenea, y Francesc Jufresa, que representa a Segundo Marey. El último en intervenir será Miguel Castells, ex senador de HB, que representa la acusación particular de varios heridos en atentados de los GAL. El único que no tiene representación en todo este asunto es el ex jefe del Ejecutivo. Será, pues, un juicio a González, pero sin González.
El principal aliciente de la vista lo constituye el duelo entre los catedráticos Cobo del Rosal y Stampa, dos primeros espadas del Derecho Penal que representan dos líneas de defensa contrapuestas: la ortodoxa de Cobo centrada en proclamar la inocencia a ultranza de Rafael Vera, frente al tiro por elevación de Stampa en busca de caza mayor que difumine las responsabilidades de Sancristóbal.
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