Una nueva oleada de atentados del EPR causa en México diez muertos

Después de un mes de tregua, el Ejército Popular Revolucionario (EPR), el grupo armado que apareció en México el pasado mes de junio, ha abierto una nueva campaña de atentados que han causado al menos diez muertos entre las fuerzas de seguridad esta semana. En esta ocasión las acciones de los nuevos guerrilleros se circunscriben fundamentalmente al Estado de México, en el centro del país, que se prepara para celebrar, dentro de siete días, sus elecciones legislativas y municipales.

Pero siguiendo su costumbre de simultanear los ataques, los nuevos guerrilleros, armados con fusiles AK-47, AR-15 y cócteles mólotov, han dejado también su estela de balazos en los sureños Estados de Oaxaca y Guerrero, su cuna y principal cantera.En todos los casos se ha tratado de emboscadas a vehículos del Ejército o bien de ataques rápidos contra instalaciones policiales y militares desde potentes vehículos. Es decir, acciones contundentes de riesgo mínimo. Parece que la guerrilla, remanente de los grupos armados universitarios que brotaron en México en los años setenta, ha aprendido la lección proporcionada por su primera ofensiva, lanzada en agosto en siete Estados del país. La impericia de sus miembros (muchos, 'indígenas de las áreas pobres de Guerrero y Oaxaca contratados a tal efecto) les costó entonces la mitad de los 13 muertos registrados.

Las autoridades mientras tanto perseveran en correr cortinas de humo que se disipan poco más tarde a toda velocidad. Los gobernadores insisten en restar importancia a los ataques (que siempre son obra de "delincuentes comunes hasta que la superioridad diga lo contrario) y aseguran que sus Estados viven un clima de tranquilidad.

El EPR, a cuyas filas se han incorporado sectores disidentes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN, la guerrilla del Estado de Chiapas), reivindica puntualmente los atentados en nombre del pueblo contra "el Gobierno opresor", e incluso ha publicado su primera revista, titulada El Insurgente, en la que además de recopilar sus rígidos comunicados en favor de una república popular, el grupo abre un espacio a la lírica y dedica un poema a los periodistas, "aves del amanecer".