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La oposición en Rumania teme un fraude masivo en los comicios de mañana

Bucarest La oposición rumana y la prensa más fiable hicieron sonar ayer el timbre de alarma ante lo que consideran claros preparativos de un fraude electoral, a raíz de algunas medidas adoptadas por el Gobierno del presidente Ion Iliescu ante los comicios parlamentarios y presidenciales de este domingo en el país balcánico. Partidos y periódicos acusan al Gobierno de vulnerar la Constitución y la ley electoral mediante artimañas para conseguir el control de las mesas en cada colegio e impedir la verificación del escrutinio.

En contra de lo esperado, la comisión electoral ha decidido vetar la presencia de observadores de los partidos y de organizaciones no gubernamentales en el proceso de recuento de votos. Pero a la vez permitirá la presencia en los colegios de hasta 6.000 "observadores internos", que, según las denuncias, son en su mayoría militantes del partido gobernante. Ciento treinta y tres observadores internacionales, la mayoría de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa, han llegado a Bucarest para presenciar la doble jornada electoral, tercera desde la caída del comunismo, en 1989, y de la que saldrán las instituciones que llevarán a Rumania al nuevo siglo.Como en otros países de la región convertidos al capitalismo de la noche a la mañana, en Rumania las reglas del juego democrático son cualquier cosa menos consistentes. Hace menos de un mes fue descubierto en plena operación un centro gubernamental que, con la excusa de efectuar sondeos, hacía centenares de miles de llamadas telefónicas para manipular a la opinión pública en contra de los partidos de oposición. "No estamos en condiciones de controlar la limpieza de la votación fuera de las ciudades", admitía ayer a este periódico Petre Roman, líder de una alianza reformista y uno de los fa voritos: "El Gobierno ha puesto a sus representantes al frente de las mesas y en la Rumania rural controla totalmente más del 50% de los ayuntamientos".

Para no vulnerar frontalmente la ley, en la mayoría de los casos estos presidentes de mesa designados por el «poder se dieron de baja en el partido gobernante en las últimas semanas. De otra parte, "la mayoría de las llamadas organizaciones no gubernamentales, de las que habrá hasta 6.000 representantes en los colegios electorales, han sido creadas por el Gobierno de la noche a la mañana, y sus miembros simplemente pertenecen a la Democracia Social de Rumania del presidente lliescu", afirma Bogdan Baltasar, jefe de campaña de la Unión Social Demócrata.

Más de 17 millones de votantes están convocados el domingo. Según los sondeos, la presidencia de Rumania se dirimirá en una segunda vuelta, dos semanas después, entre el actual jefe del Estado y favorito, Ion lliescu, un ex comunista que se presenta por tercera vez, y el candidato más votado de la oposición. El que tiene más probabilidades es Emil Constantinescu, un inexperto profesor universitario que encabeza la heterogénea coalición conservadora Convención Demócrata. El otro es el ex primer ministro Petre Roman, jefe de una alianza centro izquierdista, con el 17% de expectativa de voto. Por lo que respecta a los comicios legislativos, las encuestas coinciden en que la oposición arrancará al partido de lliescu el control del Parlamento que mantiene desde 1992.

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