Papá África

Un ambiente gélido esperaba al pobre Dibango en la inauguración de la 17 a edición del Festival de Jazz de Madrid. El público acudió en escaso número. Y el bueno de Manu no se lo merecía. Probablemente haya sido ésta la actuación más completa de cuantas se le han podido escuchar al saxofonista camerunés.En esta ocasión vino Papa Groove, nombre con el que ha titulado su último disco: una banda de cameruneses, zairñnos, argelinos, franceses y surafricanos en la línea de las mejores formaciones eléctricas que alumbró la música de Miles Davis. Trompeta y saxo, a menudo al unísono, en frases cortas Y electrizantes sobre el poderío rítmico de una batería próxima al rock. Elementos de funky o rap que podían convertirse en un sereno paisaje de baobabs, resolverse en unas dosis de makossa o terminar en una sinuosa improvisación. Fue incluso latinizante en un par de números que recordaron a aquellos afrocubanos que dirigía Machito. De propina, el famoso Soul makossa, y la única balada de la noche. L'Hymne á l'amour, que cantaba Edith Piaf.