OLVIDAR LA GASOLINA

La barricada con la que antiguos trabajadores de Duro Felguera iban a reanudar sus protestas por el incumplimiento del gobierno de Asturias de su compromiso de propiciar su recolocación no llegó a arder. Los trabajadores metalúrgicos acudieron a la cita en una calle céntrica de Oviedo en la que habían anunciado que prenderían fuego a una barricada. No faltaron los obreros despedidos, encabezados por Manuel Terán, ex presidente del comité de empresa, ni la consiguiente descarga de neumáticos en la vía pública. Tampoco estuvieron ausentes los reporteros y cámaras de televisión, alertados por los manifestantes. Allí estaban también, y con la antelación que les caracteriza, las fuerzas policiales antidisturbios. Pero la barricada no ardió. Arrojados los neumáticos en la calzada, el desconcierto enmudeció a los protagonistas de la protesta. Ninguno se había acordado de llevar la gasolina. En las revueltas del Mayo del 68, en París, se aseguraba que las barricadas cierran la calle, pero abren el camino. Ayer, en Oviedo, la barricada bloqueó la vía pública, pero no se oscureció el cielo con humo de neumático-