Cierra una escuela británica por la agresividad de un alumno de 10 años

La clausura temporal de una escuela británica, de secundaria, Manton Junior School, en Nottingham, por el violento comportamiento de uno de sus 200 alumnos, Matthew Wilson, de 10 años, provocó ayer un cruce de acusaciones entre la dirección, las autoridades locales, los sindicatos de profesores y la propia ministra de Educación, Gillian Shephárd. Ésta llego a decir que veía con buenos ojos el castigo corporal como medida disuasoria. El propio primer ministro, John Major, la llamó al orden.Pero la crisis no acaba ahí. Un equipo de inspectores, remitido urgentemente por Shephard, permanecerá hasta mañana en el -instituto de enseñanza media Ridings, en Halifax, cuyos profesores piden excluir a 60 alumnos, o a 20 de los más agresivos. De no haber acuerdo con Educación, el equipo docente no descarta una huelga que dejaría sin clases a sus 620 inscritos. El consistorio tendría que buscar sustitutos por horas lectivas y, mucho más gravosos.

Ambos centros son el botón de muestra de lo que Nigel de Gruchy, secretario general de la Unión de Profesores, califica de presencia cada vez mayor de grupos de menores "agresivos que entorpecen las labores docentes y ponen en peligro el derecho a la educación de la Mayoría". La dirección de Manton ha intentado expulsar sin éxito, dos veces, al pequeño Matthew Wilson. Su madre, Pamela, dice que no tienen derecho a excluirlo o aislarlo. Allí recibió varias semanas de clases a solas, hasta que el consejo escolar decidió que ya era suficiente.

La situación de Ridings es más compleja. Los profesores aseguran que uno de cada 10 alumnos es ingobernable.