_
_
_
_
_
REFORMA DE LA SANIDAD PÚBLICA

Verín, el modelo gallego

Una fundación pública gestiona el hospital orensano de Verín, donde el ministro de Sanidad ensayó la nueva gestión que desea generalizar

El ministro de Sanidad, José Manuel Romay, ha señalado en repetidas ocasiones la Fundación Hospital de Verín como modelo de la reforma sanitaria que propugna su departamento. Es un hospital de titularidad pública gestionada con criterios privados -los empleados no son funcionarios, por ejemplo, y reciben incentivos según su productividad- con resultados excelentes, según Romay. Multitud de profesionales, tanto de la sanidad pública como de la privada, se llevan las manos a la cabeza por tamaño triunfalismo. ."Yo creo en el proyecto" afirma contundente Enrique Pérez, director gerente de la FHV desde hace tres meses.¿Cómo es y cómo funciona este moderno centro sanitario? El Insalud transfirió al Servicio Galego de Saúde (Sergas) el hospital comarcal de Verín después de construirlo y mantenerlo paralizado por no ver clara su rentabilidad. El Sergas lo puso en marcha hace tres años para dar atención a una población de unos 35.000 habitantes y con novedosa filosofía de la fundación para gerenciarlo.

Más información
Privatización en el aire

Es el hospital más moderno de Galicia y, como tal, dotado de, unas instalaciones espléndidas. Pasillos amplios, habitaciones con teléfono, televisión, camas regulables con mando electrónico... Está exhaustivamente informatizado, dispone de un bonito salón de actos, generosas salas de reuniones, pronto tendrá helipuerto, en la capilla funciona un sistema cerrado de televisión para retransmitir las misas a las habitaciones, la acogedora biblioteca está conectada a Internet...

Concebido para 160 camas, la FHV considera suficientes las 80 actuales para la población que debe atender. Mantiene cerrada toda una planta, la cual, según un proyecto, en estudio, podría convertirse el próximo año en residencia de ancianos asistidos.

No dispone de Unidad de Cuidados Intensivos ni de incubadoras, y sus listas de espera, según el gerente, no han rebajado los niveles comunes en otros hospitales del Sergas (seis meses de promedio).

La plantilla es más estrecha de lo habitual: 145 empleados un 40% menos de lo que sería usual en un hospital público, para desempeñar 17 especialidades, médicas y quirúrgicas. Traumatología, anestesia, cirugía y dermatología cuentan con dos facultativos por área que el próximo año serán tres. En total componen la plantilla 33 médicos, 75 auxiliares no facultativos y 37 empleados no sanitarios.

A su vez, la fundación tiene contratados algunos servicios como los de rehabilitación, matronas o anatomo-patología con empresas o facultativos ajenos a la plantilla hospitalaria y utiliza, "en un régimen de colaboración" cuyas condiciones no especifica, personal de Sergas para pasar consulta en algunas especialidades.

El abultado número de casos desviados a Orense -al hospital de referencia, el Cristal Piñor- ha sido uno de los argumentos de los detractores de este hospital para denunciar sus prioridades economícistas: "Rechazan lo que no les es rentable". A Orense, según el gerente, hoy sólo se desvían patologías de alta complejidad, como las coronarias los cánceres o algunos politraumatismos, y los partos prematuras o particularmente problemáticos., "Un hospital comarcal no puede estar dotado, para atenderlo todo", aduce.

El promedio de edad de la plantilla no llega a los 30 años. En jornada partida de 40 horas semanales -cinco más que en el Sergas-, desarrolla funciones polivalentes, otro distintivo primordial del sistéma. "Aquí nadie para. El personal de urgencias a veces tiene que trabajar en quirófano o en otra área, depende de las necesidades y siempre dentro de sus funciones. No ponemos a un auxiliar a operar, evidentemente, sino que ese auxiliar ejerce como tal en diferentes áreas o cometidos", explica. El espíritu de colaboración, en definitiva, marca un estilo laboral de cuño propio e imposible aplicación, según Pérez, en el sistema púbico, "por su rigidez".

Los sueldos se determinan con un fijo situado en torno a las 100.000 pesetas mensuales y una compleja relación de complementos por actos médicos que incluye primas y penalizaciones en función de su incidencia tarifaria. Cada consulta, orden de hospitalización o de intervención quirúrgica, con sus derivaciones sucesivas, se vincula así a los respectivos complementos.

El sistema de contraprestación salarial por acto médico induce a intervenciones innecesarias según estudios comparativos que citan, fuentes consultadas por este periódico. En Canadá, por ejemplo, el número de histerectomías (vaciado de matriz) cuadruplica al de las practicadas en el Reino Unido, sin otros motivos aparentes que el diferente sistema retributivo de los médicos.

Enrique Pérez anuncia una modificación del sistema: contratos con salario y volúmen de actividad cerrados, no fluctuantes como ahora.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_