El ministro de Defensa de Rusia advierte que las Fuerzas Armadas están al borde del desastre
El ministro de Defensa ruso, Ígor Rodiónov, sometido a una creciente presión por parte de diversos mandos militares, advirtió ayer que las Fuerzas Armadas rusas se encuentran al borde de un desastre de consecuencias impredecibles. "La dirección de Rusia y la sociedad deben saber que la crónica falta de fondos está llevando a las Fuerzas Armadas al borde de una situación indeseable e incluso incontrolable" afirmó Rodiónov en un discurso ante veteranos del Ejército. Sus palabras responden al ultimátum lanzado hace una semana por un grupo de oficiales que en una carta abierta publicada en la prensa le exigían neutralizar a quienes desde el Gobierno "habían arruinado a Rusia".
Además de exigir la salida de la Administración de aquellos que en su opinión "han rendido a Rusia a los intereses de Occidente", los oficiales amenazaban con utilizar la fuerza si no se les pagaban sus sueldos atrasados. "Tenemos fuerza suficiente para hacer que esos caballeros abandonen sus planes, decía la carta publicada en el diario Nezavisimaya Gaztetta.En su discurso, Rodiónov no se refirió a estos oficiales, pero reflejó claramente sus preocupaciones. Así destacó que "si el presupuesto de defensa para 1997 no es corregido, Rusia puede perder a sus Fuerzas Armadas como una estructura estatal integral y activa, con todas las consecuencias que se derivarían de ello". Según el ministro, los gastos previstos para defensa en el proyecto de presupuestos para el próximo año sólo cubre un tercio de las necesidades del Ejército, "Provoca gran alarma la imperfección del sistema de despliegue en caso de movilización, la infraestructura inacabada de. las unidades que han sido retiradas a territorio ruso en los últimos años, el nivel de equipamiento del ejército y la baja dotación de personal", señaló Rodiónov, quien no olvidó citar "la insoportable situación creada en la esfera social de, las Fuerzas Armadas"
Pese a todo, el ministro rechazó que los militares se encontrasen al borde de la rebelión como advirtió la semana pasada el ex consejero de Seguridad del presidente Yeltsin, el general Alexandr Lébed, y aseguró que no había ninguna razón para esperar un motín en las Fuerzas Armadas. Sin embargo, analistas independientes han observado un incremento de la delincuencia y la indisciplina entre los militares -en los últimos tiempos han aumentado los robos de munición, los accidentes mortales por falta de preparación y los suicidios- y un reciente informe de la CIA señala que los controles sobre el arsenal nuclear se han debilitado.
Sobre la crisis económica del Ejército baste el dato aportado ayer por Gueorgui Kostin, presidente del comité parlamentario de Conversión Militar, quien dijo que el volumen de producción en las empresas de la industria militar rusa ha caído en los últimos años entre el 70% y el 80%. Rodiónov abogó por una reforma militar que permita al Rusia contar con unas Fuerzas Armadas "suficientemente dotadas técnicamente y preparadas, cuya alta potencia combativa sea conocida por cualquier enmigo potencial". Pero la crisis de la institución militar es sólo uno más de los frentes abiertos que tiene el Kremlin. La Duma, la Cámara baja del Parlamento ruso, dominada por la oposición a Yeltsin aprobó ayer una resolución sobre Chechenia que amenaza con minar el frágil proceso de paz en esta república norcaucásicá. La resolución acusa a los rebeldes de incumplir los acuerdos de paz y de usurpar el poder del Gobierno "legítimo" prorruso de la república. También exige al Kremlin que refuerce su presencia militar en la zona.
Un responsable del Gobierno declaró ayer a la agencia Interfax que Moscú prácticamente ha decidido ya mantener dos brigadas (alrededor de 6.000 hombres) en Chechenia. Los independentistas exigen la salida de todas las tropas rusas de su territorio.
Asimismo, la Duma advirtió que la ampliación de la Alianza Atlántica amenaza con una nueve guerra fría y pidió al Gobierno que le entregue el proyecto de acuerdo sobre el reparto de la Flota del Mar Negro, que Rusia y Ugrania se proponen firmar a mediados de noviembre.
