Triunfador, El Cuate
Enrique Espinosa, El Cuate, regresó de la clínica a la plaza con el brazo derecho escayolado para recibir de manos de Alfonso Ramírez, El Calesero, la Oreja de Plata por su actuación ante el bravo corniapretado novillo de Tequisquiápan.Había saludado a su adversario con valientes lances, pero con la franela ahogó la embestida. Al final de la faena ligó con aguante dos series de emotivos derechazos y mató de un estoconazo. Al rodar el burel patas para arriba le asestó un palotazo a El Cuate y le fracturó el escafoides de la mano derecha.
Al que abrió plaza, César Castañeda lo capoteó con facilidad, pero por lo áspero del ejemplar de Xajay nada pudo hacer con la bayeta. A Domingo Sánchez, El Mingo, le falta oficio. En su trabajo con el difícil astado de Los Ebanos estuvo vulgar y a merced del bicho. Alfredo Gutiérrez anduvo voluntarioso, pero no pudo con el claro animal de Tequisquiápan -aplaudido en el arrastre- que por su buen tranco merecía una extraordinaria faena.
Varias ganaderías / Seis novilleros
Novillos de varios hierros en concurso; premiado el de Tequisquiápan. César Castañeda: silencio .El Cuate: oreja. El Mingo: silencio. Alfredo Gutiérrez: aviso retrasado cuatro minutos y silencio. Alberto Huerta: aviso y silencio. El Miura: silencio. Tomás Gutiérrez: aplausos. Monumental Plaza México, 20 de octubre. Concurso de la Oreja de Plata.
Interesante el torerismo con que estructuró e interpretó series por abajo y ambos lados Alberto Huerta en la primera parte de su labor a un enemigo de Torrecilla que no transmitía. Desafortunadamente, sigue errando con el acero. José Rubén Sánchez, El Miura, se vio torpe y nervioso frente a un burel soso y sin recorrido de Celia Barbabosa y aburrió al respetable.
Al estar trasteando al débil pero bello morlaco de Fernando de la Mora, Tomás Gutiérrez se llevó una aparatosa voltereta y, hecho un jabato, volvió al bovino para despacharlo. Aunque mostró valor, también demostró desconocimiento del oficio. Fue conducido a la enfermería, pues sufrió una contractura en la columna y se le tuvo que colocar un collarín.
Babelia
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