Apuntes y academias
Una larga cola de alumnos se arremolina estos días a las puertas de la secretaría de la UNED en Madrid. Buena parte de ellos rellena los impresos de matrícula de alguna de las doce enseñanzas regladas (licenciaturas) que imparte. Tienen en común, además de la edad -menos de 23 años-, el hecho de que no han logrado entrar en otra universidad como hubiera sido su deseo.
Alfredo G. P., 22 años, acaba de matricularse en Informática de Gestión tras pedir traslado de expediente desde la Universidad Pontificia de Salamanca. "En la UNED es más barato", dice. "La nota de acceso es más baja y tengo tiempo para ganar algo de dinero si encuentro un trabajo".
Un grupo de jóvenes matriculados en Industriales y Empresariales añaden que no hay dinero para ir a la privada y que complementan sus estudios acudiendo como oyentes a alguna otra universidad o a academias.
Algunos se quejan de que los materiales no les ayudan a estudiar solos; de la masificación de las tutorías; de la "escasa atención" que reciben de los profesores y de exámenes excesivamente complejos para lo que explican.
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