Ir al contenido
_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Deterioro popular

QUE A los seis meses de las elecciones el partido del Gobierno esté por debajo del primero de la oposición en intención de voto es poco frecuente. El portavoz de la dirección del PP atribuyó ayer esa situación al sentido de la responsabilidad del Gobierno, que no ha dudado en adoptar decisiones necesarias pero impopulares (como unos presupuestos restrictivos). Es posible que ello explique en parte el rápido desgaste, sobre todo porque los ciudadanos siguen sin percibir síntomas de mejora en su situación económica familiar. Con todo, la sensación de que el PP ha incumplido buena parte de sus compromisos electorales está muy extendida y ello bastaría para explicar el desencanto que detecta el ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

sondeo publicado ayer por EL PAÍS.En mayo, la necesidad de pactar con los nacionalistas había tenido el efecto de centrar la imagen del PP, sin por ello roerle por su derecha. Cuatro meses después, un sector de su electorado tradicional está desencantado por las concesiones derivadas de esos pactos -como la defenestración de Vidal-Quadras-; pero ese desencanto es compartido por los sectores seducidos por el populismo de Aznar y sus promesas regeneracionistas, desconcertados ante iniciativas como el anteproyecto de ley de secretos oficiales, los movimientos en favor de un control censorio de los medios audiovisuales o las contradictorias tomas de posición respecto a los papeles del Cesid.

El olvido de compromisos como el de bajar los impuestos o el de aplicar criterios profesionales en la política de nombramientos, más el escaso empuje demostrado en terrenos como la reducción de altos cargos, han influido seguramente en ese deterioro, y los que desaprueban la acción del Gobierno superan ya a los que la aprueban, cuando hace sólo tres meses los primeros casi doblaban a los segundos. En ese sentido, tal vez el- dato más negativo para los populares sea que dos de cada tres consultados dicen tener la impresión de que el Gobierno improvisa porque no tiene las ideas claras. En mayo, el principal activo del recién nombrado Ejecutivo era que los españoles le atribuían poseer "un programa de actuación concreto y definido" y tener la competencia y preparación" necesarias para aplicarlo.

Ese deterioro puede ser episódico, determinado por la adaptación al resultado no previsto de victoria sin mayoría absoluta. Pero es significativo que la valoración de Aznar, cuyo liderazgo parecía afianzado tras el debate de investidura, vuelva a situarse por debajo del aprobado: 4,7 puntos, nivel apenas superior a la media de los sondeos realizados, desde 1991, y muy por debajo del 5,8 alcanzado en mayo pasado. Mientras que González, pese a su ausencia del primer plano, recupera el primer lugar con una puntuación ligeramente superior a la media de los últimos cinco años.

Los expertos advierten que fuera del periodo electoral los sondeos de intención de voto tienen un carácter de síntoma del clima político, no de pronóstico electoral. Con todo, resulta preocupante que el deterioro de la credibilidad del Gobierno coexista con la impresión de que la oposición tiene las manos atadas: el 56% de los ciudadanos, incluyendo a buena parte de los votantes socialistas, piensa que la actuación de González como jefe de la oposición está condicionada por el tema de los papeles del Cesid y todo lo relacionado con el caso GAL. Es preocupante, porque, por una parte, tres cuartas partes de los consultados opina que ese caso está lejos de haber tocado fondo y, por otra, que el asunto ha acabado afectando al Gobierno de Aznar: el 66% de los ciudadanos considera que debía haber desclasificado los papeles del Cesid Esa hipoteca sigue pesando, así pues, sobre el conjunto del sistema, afectando al Gobierno y a la oposición. Su regreso al primer plano, por efecto de determinadas iniciativas judiciales, explica seguramente el aumento de ciudadanos que consideran que la situación política es mala o muy mala: el 39%, un 9% más que antes del verano.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
_
_