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Dos defensores de la independencia de Timor Oriental ganan el Nobel de la Paz de este año

El obispo católico Carlos Filipe Ximenes Belo y el abogado José Ramos Horta, dos destacados luchadores contra la ocupación indonesia de Timor Oriental desde 1976, han sido galardonados con el premio Nobel de la Paz de este año. El presidente del Comité Nobel del Parlamento noruego, Francis Sejersted, anunció ayer en Oslo la decisión, fundamentada en el aporte de ambos en la búsqueda de "una solución justa y pacífica el conflicto que afecta a Timor Oriental", la ex colonia portuguesa en Indonesia. El galardón pone en primer plano un cruento enfrentamiento, que se ha cobrado entre 70.000 y 200.000 víctimas de una población de 850.000 personas, sobre el que la mayoría de los países se ha desentendido.

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Con la distinción, el Comité Nobel manifestó el deseo de "estimulár la labor para encontrar una solución diplomática al conflicto, basada en el derecho del pueblo a la autodeterminación", declaró el presidente del comité, Francis Sejersted. El premio está dotado con 7,4 millones de coronas (unos 130 millones de pesetas).Ximenes Belo, de 48 años, había sido propuesto como candidato al Nobel de la Paz en años anteriores, por lo que su elección no ha causado mayor sorpresa. Obispo de Dili, capital del territorio, desde 1983, ha sido en todos estos años un crítico implacable del régimen militar indonesio y de la ocupación. Su condición eclesiástica le ha ayudado en la tarea de hacer oír sus críticas en un país donde la potencia invasora reprime violentamente cualquier manifestación de protesta, pero dé todas maneras se le considera como una suerte de preso interior. Entrevistado telefónicamente desde Estocolmo, Belo Ximenes, que se enteró del galardón mientras oficiaba una misa en Dili, confesó haber recibido con tranquilidad la noticia y agregó que ello aumenta su responsabilidad en la búsqueda de una solución justa a los reclamos de su pueblo. ["Este es un premio para los timorenses que desean la paz y la reconciliación", dijo a la cadena de televisión CNN. El prelado mencionó que el dinero servirá para aliviar a los necesitados de su miseria.]

El abogado Ramos Horta, de 46 años, el otro galardonado, es menos conocido y no había figurado en, los años anteriores como posible candidato al premio. Es considerado el principal portavoz del movimiento de la resistencia timorense en la escena internacional. [Desde la casa de su madre, en Sydney (Australia), donde periódicamente reside desde, que se fugó tres días antes de la invasión indonesia de- Timor en 1975, Ramos Horta declaró sentirse feliz con la adjudicación del premio, pero manifestó que debía haber recaído en José Xanana Gusmáo, el líder del Frente Revolucionario para la Independencia de Timor (Fretilin), que se halla en prisión des-m de 1992 tras haber sido condenado por las autoridades indonesias a 20 años de cárcel, informa Reuter].

Ramos Horta ocupó el cargo de ministro de Asuntos Exteriores apenas conquistada la independencia de la isla, durante el corto período, en 1974, en que se creyó que podría preservar su soberanía frente a Yakarta. Cuando se preveía que Indonesia pondría en práctica sus planes de anexión, viajó al exterior para denunciar la situación y buscar ayuda internacional. Los, hechos se precipitaron, y cuando se produjo la invasión en diciembre de 1975 ya no pudo regresar. Entonces asumió la conducción de la lucha en el exilio y llegó a representar ante la Asamblea de las Naciones Unidas los intereses de Timor Oriental.

Revés político

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La adjudicación del premio significa un revés político para el régimen militar de Suharto, dado el prestigio internacional del Nobel, pero al mismo tiempo el gobernante indonesio ha dado reiteradas pruebas de que no le preocupan demasiado las críticas de los organismos internacionales y de la comunidad internacional. La decisión le pone, por otra parte, en una situación incómoda, ya que se le ha acusado de haber mantenido una línea ambigua que ha merecido críticas de organizaciones independientes. Ayer, la primera ministra, Gro Harlem Brundtland, dijo que confiaba en que el galardón favorezca una mediación entre Indonesia y Portugal para encontrar una solución al conflicto, como desea el secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali, y reiteró la disposición de su país a organizar las negociaciones entre las autoridades de Yakarta y los independentistas.Pese a que las organizaciones de derechos humanos y Amnistía Internacional han denunciado reiteradamente la ocupación de Timor y las matanzas periódicas perpetuadas por el régimen de Suharto, las empresas noruegas y el propio Gobierno no han tenido reparos en mantener y acrecentar sus relaciones comerciales con Indonesia.

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