Mujeres, historia, política
Tampoco María Estuardo era una buena persona. En la docena de dramas sobre su figura la reina de los escoceses tiende a aparecer, a medida que la figura histórica, se va alejando de su realidad en el tiempo, como la mártir, la víctima. Tiene derecho porque Isabel de Inglaterra le cortó la cabeza. Pero, salvo ese detalle de última hora, no tuvo una vida ejemplar. Probablemente para Schiller lo que importaba era la tensión romántica del drama y el valor también romántico de la mujer mártir. Escribió una obra bella y pesada.María Ruiz, directora, no hurta la pesadez, pero añade su personalidad a la obra. No me permitiría yo tratar, aquí de su condición femenina si no fuera porque ella la presenta como primordial (nota al programa) en su lectura de Schiller: Isabel es moderna y no se casa porque no desea un amo -un hombre: los tuvo clandestinos, y alguno perdió la cabeza (físicamente) por ella-, mientras que, María "es el tipo de lo femenino surgido de la imaginación masculina: bella y superficial, atolondrada y fascinante, que pasa de hombre en hombre hasta llegar al verdugo". Es una manera de interpretar la cuestión, que deja al margen lo histórico y lo político, además de la oposición religiosa y moral. Ciertamente, podría ser lo que más me interesase hoy. Llevado quizá por mi deformación masculina de la que nadie ha conseguido redimirme (aunque estoy predispuesto), sí que veo dos caracteres distintos de mujer: los dos lamentables porque lo que son, sobre todo, es reinas y bastante criminales. Y me interesa, más el drama político de "las dos rosas", los dos apellidos, el separatismo escocés, la expulsión de María por los nobles escoceses que Schiller hurta; y, en fin, sobre todo, la cuestión teatral. Es decir, algo que me retenga tranquilo y distraído durante más de dos horas pegado a una butaca. Esto es muchas veces difícil, y quizá María Ruiz ha estado menos atenta a ello que a los problemas entre dos reinas, dos religiones, un país separatista y otro imperial y a la esencial de que el tiempo pase sin sentir (se siente). La escena está parada como en una ópera, los parlamentos son largos y en gran parte obvios (sintaxis antigua) y la interpretación helada. Es probablemente inevitable, por la incompatibilidad del respeto profundo al texto (aunque, traducido en prosa, sufre pérdida) y la necesidad de otra sintaxis del público actual.
María Estuardo
De Schiller. Versión: Ronald Brouwer, Jaime Ruiz, María Ruiz. Intérpretes: Nuria Gallardo, Ángela Castilla, Pedro Casablanc, Gabriel Garbisu, Modesto Fernández, Francisco Guijar, Ángel Amorós, Balbino Lacosta, Borja Egea, Sonsoles Benedicto. Dramaturgo: Ronald Brouwer. Vestuario: Pepe Rubio. Escenografía: Juan Carlos Savater. Dirección: María Ruiz. Teatro Albéniz, 8 de octubre.
Babelia
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