En las cuatro esquinas
El combinado de la danza contemporánea española tiene el aliciente de poderle toma el pulso a esa especialidad. La iniciativa es muy buena y el resultado, como es lógico, irregular.Buen nivel de baile, imposición del sonido tecno, mucho trabajo de suelo, abundancia de penumbra (es una moda insana), son algunos rasgos comunes a trabajos muy diferentes entre sí.
Mauricio González hizo una perfomance con humor, pero de poco contenido coreográfico en alguien que sabe bailar y tiene experiencia. Blanca Calvo mejoró ese fragmento de Mármara que tiene mejor vida extraído del total de la pieza larga y muestra a un Munduate más maduro y concentrado.
Bello final el del duo Retazos en sus últimos tensos minutos, con demasiadas palabras que el baile no necesita, mientras el solo Pildorita merece limpieza formal, que bastantes cosas buenas contiene.
Cuatro Caminos
Se de uno: Mauricio González; Mármara: Blanca Calvo e Ion Munduate; Retazos: Ana Buitrago y Juan Domínguez; Pildorita: Cora Mateu y Ana Extremiana; Scenario: Oscar Dasí y Carmelo Salazar; Carta d'amor: Natalia Espinet. Sala La Cuarta Pared, Madrid 8 de octubre
Cerraron Scenario, un paso a dos intenso y sensual y el solo de Natalia Espinet. Carmelo Salazar baila interiormente, posee un ritmo continuado, de enlace, que se empeña en interrumpir, y Bea Fernández le da digna réplica con su virtuosismo. Al final, Espinet dio una lección de valentía moral con el arte de la danza. Es todo lo que se puede decir de su monólogo honesto, duro, lírico, de verdad inolvidable.
