Neumonía sin rostro

EL RECUERDO del síndrome tóxico añade un plus de inquiétud al ya de por sí inquietante brote de neumonía que desde hace más de un mes padece Alcalá de Henares. El tiempo transcurrido' sin que las autoridades sanitarias hayan sido capaces de detectar el origen de la afección y el preocupante balance de víctimas -11 personas fallecidas y más de 200 necesitadas de asistencia médica- no son, desde luego, elementos que ayuden a tranquilizar a la población potencialmente afectada. Tampoco, en absoluto, que los fallecidos sean personas de avanzada edad, sin duda las menos resistentes a los primeros ataques del brote neumónico.Mientras la causa de la afección siga sin conocerse, será poco menos que imposible llevar la tranquilidad y la calma a la población. De momento, todo apunta a la bacteria legionella como la causante del brote, aunque los investigadores siguen sin descartar "otras posibilidades no infecciosas". En principio, puede pensarse que ofrecer a la población datos no definitivos sobre el origen de la dolencia sólo servirá para alarmarla aún más. Pero frente a esas situaciones sólo cabe la información responsable y la máxima transparencia. Es la única forma de contrarrestar rumores y teorías descabelladas entre una población lógicamente deseosa de respuestas claras e inmediatas. Sería mucho peor, como lo demuestra el trágico precedente del síndrome tóxico, ocultar datos porque no son concluyentes o aventurarse en explicaciones falsamente tranquilizadoras. Las autoridades políticas y sanitarias deben tomar buena nota de lo sucedido entonces.La hipótesis de la legionella como origen del brote -posibilita la adopción de un abanico de medidas preventivas de tipo casero. Y lo que hay que lamentar es que se hayan puesto en práctica al mes de detectarse el brote por falta de reflejos de las autoridades. La primera comprobación analítica de la legionella como causante de la afección data de unos días; pero hacía mucho. más tiempo que los indicios apuntaban a la red de distribución de agua como vehículo transmisor. El ministro de Sanidad deberá demostrar en su comparecencia en el Congreso -a petición de IU- que la situación está bajo control. Eso ayudaría a serenar a una población justamente alarmada.