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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

¡Qué valiente!

Tengo una amiga que tiene 22 años, licenciada en Empresariales, un expediente académico brillante, habla inglés, francés, alemán y español, y su máxima aspiración era triunfar en una gran empresa multinacional.Con un currículo como el suyo, todos sabíamos que no iba a tener ningún problema en conseguir lo que se proponía, y así fue, inmediatamente tuvo una oferta de una multinacional, y empezó a trabajar. Estaba emocionada, salía de trabajar y ya estaba pensando por la noche en todas las cosas que iba a hacer al día siguiente. Le había llegado la oportunidad de su vida, pero no sabía que se iba a encontrar en su primera experiencia profesional con una auténtica pesadilla, el acoso sexual. No sabía que para un director de la compañía su currículo, sus años de esfuerzo y de ilusión, su preocupación por irse los veranos a estudiar idiomas al extranjero, su sacrificio estudiando una carrera que le exigía irse dos años fuera de España, no le importaban nada, y que lo único que le interesaba a este impresentable era su físico. Así empezó su tortura: llamadas a casa con tándole que se había enamorado de ella, que quería dejar a su mujer, mensajes a través del E-mail, Post-it en su mesa, convocaciones a todas las reuniones que había fuera de Madrid en las que ella no pintaba nada, billetes de avión juntos en horas distintas al del resto de la compañía, habitaciones contiguas en los hoteles, llamadas provocativas a lo largo de la noche, ofertas de dinero (le dijo que se pusiera ella el sueldo que quisiera)... y todo lo que se puede esperar de un indeseable como este señor.

Lo de menos es que mi amiga dejó el trabajo inmediatamente. Lo de más es que no quiere saber absolutamente nada de temas de trabajo, está triste y deprimida, no se atreve a denunciarle porque a sus padres no les ha contado ni la mitad de lo ocurrido, y lo que más pena me da es que después de contarme lo que ocurrió me tuvo que decir con lágrimas en los ojos que me juraba que ella no había dado pie a nada de lo ocurrido. Es una vergüenza que gente como este personaje sean capaces de destrozar la vida de una persona de 22 años, de tirar por la borda todos los años de educación y formación, esfuerzo y sacrificio, de quitarle la ilusión de triunfar profesionalmente en esta vida, de dejarla sin ganas de hacer nada.

El director sigue en su compañía, en su despacho, al acecho de que le lleguen nuevas víctimas a quienes destrozar su vida y sus aspiraciones, y lo peor de todo es que con alguna lo conseguirá.

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