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Más espectaculo de televisión que cruce de ideas

Antonio Caño

Dos minutos era el tiempo que cada uno de los contendientes tenía para exponer sus visiones sobre Bosnia o la reforma del sistema sanitario en lo que, obviamente, no fue un cruce de ideas y proyectos, sino un espectáculo televisivo. El propósito de Bill Clinton y Bob Dole no era demostrar que su programa es mejor, sino conseguir esos 30 segundos de impacto que el público recordara. Ninguno de los dos lo consiguió, pero uno y otro obtuvieron algunas victorias parciales a lo largo del duelo.Clinton alcanzó su mejor nivel al defender su política exterior, al presentarse a sí mismo como un puente hacia el futuro, al proponer la necesidad del control de las armas de fuego y al insistir en que su Administración no era el reducto izquierdista del que se quejaba su rival.

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Clinton consolida su amplia ventaja electoral tras el debate con el republicano Bob Dole

Los mejores momentos de Dole fueron al presentar dudas sobre que los norteamericanos vivieran hoy mejor que hace cuatro años y al ofrecer una política más dura para luchar contra la extensión del consumo de drogas entre los jóvenes.

Entre las mejores frases de Clinton: "Estas acusaciones de que somos liberales es algo a lo que su partido siempre recurre cuando pierde las elecciones. Es algo que pertenece a sus años dorados. Es como un disco que ustedes creen que se puede seguir escuchando".

Entre las mejores frases de Dole: "Yo sé quién soy. Sé de dónde vengo y sé a dónde quiero llevar a Estados Unidos".

La mejor polémica:

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Moderador (Jim Lehrer): ¿Sigue usted creyendo en la reducción de un 15% de impuestos?

Dole: Sí, y usted puede verse afectado por esa reducción.

Clinton: ¿Y yo?

Dole: También. Los ex presidentes también.

Clinton: Me hace falta.

Dole: A la gente le hace falta.

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