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Clinton consolida su amplia ventaja electoral tras el debate con el republicano Bob Dole

Antonio Caño

Bill Clinton consolidó el domingo su posición de claro favorito a la reelección en un debate que su rival, el republicano Bob Dole, no aprovechó para presentarse como un candidato convincente. Todas las encuestas he chas después del primer duelo televisado entre los principales aspirantes a la presidencia de Estados Unidos dan la victoria a Clinton, que también aumenta ligeramente su ventaja en intención de voto con vistas a las elecciones del 5 de noviembre. No es que Dole hicie ra un mal papel. Al contrario, los analistas y los sondeos le reconocen una actuación muy superior a la esperada. Dole protagonizó los escasos momentos de interés que tuvo el debate, aportó las únicas frases para el recuerdo y demostró un gran sentido del humor.

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El mejor momento de la noche llegó, probablemente, cuando Clinton insistía en que este país está hoy mejor de lo que estaba hace cuatro años. "Usted, desde luego, está mejor", le contestó Dole. Clinton lo admitió, pero dijo que otra mucha gente también está mejor. "Sí, alguna gente está mejor. Sadam Husein está mejor", replicó el candidato republicano.Bob Dole echó mano de un par de recursos dramáticos de esa naturaleza para ganarse los aplausos. Pero no ofreció una alternativa de Gobierno, no explicó a sus compatriotas por qué tienen que votar por él y no pudo evitar, pese al bronceado obtenido estos días en Florida, que sus 73 años de edad quedaran constantemente en evidencia frente a la juventud de su oponente.

Bill Clinton, que llegó al debate con un amplia ventaja en las encuestas, no necesitaba correr grandes riesgos, y no los corrió. En todo momento, permaneció sonriente y sereno, defendiendo los logros de sus cuatro años de presidencia y eludiendo cualquier enfrentamiento directo con Dole. Este tampoco los buscó exageradamente, y evitó hacer uso de asuntos especialmente delicados para el presidente, como el caso Whitewater, los escándalos sexuales, los papeles del FBI y otros episodios controvertidos de la era Clinton.

Fue en definitiva, un debate que no pasará a la historia entre los más memorables de Estados Unidos desde que esta forma de comparecencia en televisión se estrenó, en 1960, con John Kennedy y Richard Nixon.

Fue un partido entre dos consumados políticos que se aprecian mutuamente, pero que pertenecen a generaciones diferentes y que tienen visiones distintas sobre el papel que el Estado debe tener en la sociedad. Dole dijo "creer en las personas, no en el Estado", y ofreció un modelo volcado en la iniciativa privada. Clinton defendió la necesidad de mantener ciertos programas públicos relativos a la sanidad, la enseñanza y el medio ambiente.

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Según una encuesta de la cadena ABC, un 50% de los norteamericanos dieron la victoria a Clinton, y un 30% a Dole. En un sondeo de USA Today y la cadena CNN, el 51% le otorga el triunfo al presidente, y un 32% al candidato republicano.

De acuerdo con la encuesta de ABC, una vez contemplado el debate, un 56% de la población se inclina a votar por Clinton, mientras que un 43% lo hace por Dole. Antes del debate, las cifras eran de un 51% para Clinton y un 39% para Dole.

Según una encuesta de Gallup para CNN y USA Today, el 54% de los norteamericanos han decidido su voto a favor del presidente y el 36% a favor de Dole después del debate celebrado en la localidad de HartTord, en el Estado de Connecticut.

La última oportunidad

Bob Dole sólo tiene ya una oportunidad por delante para modificar el rumbo de esta campaña electoral: el segundo y último debate, que debe celebrarse el próximo día 16 de San Diego (California).3Algunos expertos consideran que, pese a los resultados de las encuestas, Dole ofreció una buena imagen en Hartford, y que cuando los electores reflexionen con calma, sobre el debate, el candidato republicano será tomado en consideración como una- alternativa viable. El propio Dole, que ayer inició una gira por el Estado de Nueva Jersey, aseguró después del debate: "Cuando se escriba la historia sobre esta campaña, quedará registrado que le dimos la vuelta en Hanford, Connecticut".

El candidato independiente Ross Perot, que quedó apartado de este debate pese a haber obtenido un 19% de los votos en 1992, se quejó en una entrevista emitida en televisión de que ni Bill Clinton ni Bob Dole discutieran los asuntos que verdaderamente preocupan a los norteamericanos.

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