82 diseñadores presentan en París las últimas tendencias del 'pret-á-porter'

Sin solución de continuidad con las colecciones milanesas, que terminaron el pasado domingo, ayer comenzaron en París los desfiles de prét-á-porter que marcarán la vanguardia de la moda para el verano de 1997. Lo que se exhibe, se compra y se decide en estos días en París determina el destino de 400 millones de francos (10.000 millones de pesetas) para el próximo año, el futuro de una industria poderosa y pujante.

París continúa siendo el gran faro de la modernidad. Hasta el día 15 de octubre, 82 diseñadores de todos los lugares del planeta se dan cita en la ciudad para presentar sus creaciones. A diferencia de Milán y Nueva York -cuya semana de la moda se celebrará a finales de este mes-, más volcados en el aspecto industrial, París es el enclave reservado a las ideas más revolucionarias -Martifi Margiela, Yohji Yamamoto, Ann Demeulemees ter-, la cita de los grandes visionarios -Issey Miyake, Vivienne Westwood, Jean Paul Gaultier, John Galliano-, el trono de las firmas de mayor prestigio -Christian Dior, Chanel, Christian Lacroix, Givenchy-, y el escaparate de los nombres más personales -el español Paco Rabanne, el italiano Romeo Gigli y el alemán Karl Lagerfeld-.La noticia de que Gianfranco Ferré deja la casa Dior para volcarse en su firma milanesá ha disparado las quinielas de su sustitución, que se suma al relevo generacional que se está produciendo en el mundo de la moda. El inglés John Galliano, de 35 años, a cargo de Givenchy, y el brasileño Ocimar Versolato, de 34, en Lanvin, son exponente de la sangre extranjera que corre por las grandes casas francesas.

Esta edición del prét-á-porter parisiense confirmará el ascenso imparable de las fibras de última generación, que no se arrugan ni se rasgan, repelen el polvo y permiten nuevos tintes, aunque no. siempre resultan baratas. En 1994, las nuevas fibras sintéticas representaron el 39% del material textil producido en el mundo, muy cerca ya del 43% del algodón. En la pasarela podrán verse, aparte de los ya frecuentes nailon, viscosa, lycra o neopreno, nuevos materiales como el olefin, un papel-tela que se usa como envoltorio, o el airtex, la tela perforada de las camisetas de fútbol, que Hemult Lang convierte en delicados encajes para vestidos de noche. Y, por supuesto, los fascinantes tejidos de poliéster de Isey Miyake.

Sólo Yves Saint Laurent, que no desfila en la pasarela, mantiene fidelidad inquebrantable a las texturas naturales. La otra gran ausente es la diseñadora japonesa Rei Kawakubo. Ambos presentan sus colecciones de primavera-verano en pases privados-, fuera de los circuitos oficiales.