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Clinton convoca a Netanyahu y Arafat a una cumbre en Washington esta semana

El Gobierno norteamericano, seriamente alarmado por una situación que considera "de emergencia", se lanzó a intentar rescatar el proceso de paz entre israelíes y palestinos con una cumbre en Washington. Se celebrará probablemente mañana y a ella están invitados, además del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y del presidente palestino, Yasir Arafat, el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, y el rey Hussein de Jordania. "Creo que ambos [Arafat y Netanyahu]están preocupados" por el descontrol de los acontecimientos, "por la pérdida de vidas y la erupción de viejos rencores", señaló Bill Clinton al anunciar la convocatoria de la cumbre en una breve y sombría comparecencia en los jardines de la Casa Blanca.

EE UU se encontró el sábado por la noche (madrugada de ayer en España) en la embarazosa situación de abstenerse de aprobar una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU a favor de reanudar las negociaciones de paz, porque a Israel le parecía, a pesar de las revisiones, demasiado fuerte. El secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, se encargó de rebajar las expectativas de la cumbre al decir que no cabe "esperar milagros de este encuentro". En sus declaraciones a la cadena de televisión NBC, Christopher habló de "una situación de emergencia", y dijo que si no se recuperaba el diálogo entre israelíes y palestinos, "todo volverá a ser como era antes de que comenzara el proceso de paz".El objetivo de Clinton se resume así: "Poner fin al ciclo de violencia, restablecer la calma y volver a comprometerles [a palestinos e israelíes] en la dura tarea de construir la paz mediante la negociación". Para Clinton, lo ocurrido en los últimos días supone "un golpe a los que han trabajado por una paz duradera y un estímulo a los que se han opuesto a ella".

El rey Hussein de Jordania estará en Washington el martes, pero ayer la Casa Blanca no tenía todavía la confirmación del presidente egipcio Hosni Mubarak ni del propio Arafat, lo cual introdujo una nota de incertidumbre sobre la reunión y la propia presencia palestina. Bill Clinton mostró un cierto optimismo sobre las dificultades que se ciernen y dijo que tanto Netanyahu como Arafat "quieren intentar volver al sendero de la paz. No creo que aceptasen venir en caso contrario".

Las complicaciones de la crisis para la política nacional de EE UU por la alteración de la campaña electoral, la apertura de un nuevo flanco de críticas a los adversarios de Clinton y la necesidad del presidente de no perturbar el voto ni las aportaciones de los judíos norteamericanos se han puesto de manifiesto en la ONU.

Tras dos días resistiendo el aluvión de críticas a Israel en el Consejo de Seguridad, EE UU no pudo evitar en la noche del sábado que se aprobara una resolución que, aunque rebajada con respecto a la versión inicial, menciona en su preámbulo la apertura del túnel de las mezquitas y que, sin condenar explícitamente a Israel, se hace eco de las razones de los palestinos. Madeleine Albright, la representante de EE UU, explicó la abstención de su país frente a los 14 votos afirmativos diciendo que era "lo más apropiado" para facilitar la reapertura del diálogo entre israelíes y palestinos.

En la resolución se pide -y ésta es una de las consideraciones que Israel consideró inaceptable, por la referencia implícita al túnel- la "inmediata interrupción y rectificación de todos los actos" que agraven la situación y tengan implicaciones negativas para el proceso de paz. Clinton dejó sin contestar, en su comparecencia de la Casa Blanca, una pregunta sobre la reapertura del túnel, y Christopher esquivó también la cuestión diciendo que EE UU, en su calidad de intermediario, nunca había querido pronunciarse sobre asuntos concretos ni culpar a una de las dos partes de supuestos errores.

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El Consejo de Seguridad no se limitó a apuntar el problema, sino que pidió "la inmediata reanudación de las negociaciones del proceso de paz sobre las bases acordadas" y "la oportuna puesta en práctica de los acuerdos alcanzados". Además se lanza un llamamiento a garantizar "la protección y la seguridad de los civiles palestinos", otra consideración amarga para los israelíes. "El Consejo ni siquiera considera adecuado mencionar directamente las bajas israelíes de los últimos días", lamentaba el comunicado de la misión de Israel. Naser al-Kidwa, observador de la OLP en la ONU, expresó su confianza en que "el Gobierno israelí entienda el mensaje y preste atención a las solicitudes de la resolución".

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