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Entrevista:Rodrigo Rato | Vicepresidente segundo, y ministro de Econormía y Hacienda

"Este Presupuesto favorece la reducción de los tipos de interés"

Rodrigo Rato Figaredo, titular de la cartera de Econormía del Gobierno del PP, ha centrado su principal tarea en la elaboración- de los Presupuestos del Estado para 1997, que persiguen la integración de España en la moneda única europea como objetivo básico. Y eso significa reducir la inflación, el déficit público, la deuda y los tipos de interés.

Rodrigo Rato presentará mañana en el Parlamento los primeros Presupuestos de un Gobierno del PP. Y para ser los primeros le ha tocado un ajuste duro. Austeros, rigurosos, restrictivos como nunca en los últimos 20 años, son unas cuentas para cumplir con Maastricht (es decir, reducir el déficit, la inflación, la deuda ...) e incorporarse a la moneda única, aunque él se empeñe en reseñar que es el Presupuesto que exigen los españoles. Por la tarde, Rato viajará a Washington a la reunión del Fondo Monetario, Internacional. Un estreno más para el responsable de la economía española.Pregunta. Los Presupuestos para 1997 suscitan gran expectación porque son los primeros que elabora el Gobierno del PP y por la profundidad del ajuste fiscal que exige el Tratado de Maastricht. ¿Qué criterios manejó su equipo para elaborarlos?

Respuesta. Reducir el déficit, evidentemente, y no aumentar la presión fiscal global. Además, teníamos el compromiso de mantener el poder adquisitivo de las pensiones, respetar la financiación de la sanidad y no reducir, en su conjunto, el nivel de inversión pública de 1996. Al aplicar este esquema, algunas partidas han sufrido serios recortes. Es el caso del gasto corriente en bienes y servicios; el sueldo de los funcionarios está congelado, hemos recortado las subvenciones a las empresas públicas y privadas en unos 50.000 millones y los apoyos. presupuestarios a éstas se han reducido en 150.000 millones. Además, vamos a promover una financiación extrapresupuestaria de las infraestructuras de entre 170.000 y 180.000 millones.

P. El ajuste del déficit que plantean es, sobre el papel, muy drástico. ¿Cuál es el balance entre recorte de gastos y aumento de ingresos que se ha aplicado?

R. El ajuste del Presupuesto, en términos de déficit, es reducir su peso del 3,5% del PIB en 1996 al 2,5% en 1997. Esta reducción se obtiene porque los gastos del año que viene, que serán de unos 18 billones, crecen casi cuatro veces menos que los ingresos. De esta forma, se produce un superávit primario [ingresos menos gastos, excluidos, los financieros] considerable, casi 1,5 billones de, pesetas, puesto que el déficit es del 2,5%, del PIB, equivalente a 2,5 billones y los gastos por intereses son tres billones. Es una gran noticia para la economía española.

P. También se prevé un ajuste radical en el gasto público.

R. Sobre el Presupuesto anterior, el gasto va a crecer en 300.000 millones; en ese sentido no hay ajuste. Pero la existencia o no de recortes depende de las inercias con que se compare. En relación con 1995, lo hay y muy fuerte, porque entonces el gasto crecía al 8%. Lo mismo se puede decir si la comparación es con 19 96, porque está creciendo el 4,1%. Incluso lo hay en comparación con las primeras propuestas que los ministerios hicieron en junio: sobre esas cifras el recorte es de dos billones.

P. ¿Resulta creíble, para ciudadanos y mercados, una depresión tan profunda del gasto?

R. Es creíble porque, entre otras cosas, el ajuste se acompaña de un endurecimiento de la Ley Presupuestaria que obliga al Gobierno a cumplir lo presupuestado.

P. El recurso a la financiación indirecta, con la proliferación de nuevas tasas, ¿no puede considerarse abusivo? No ha sido bien recibido o bien explicado.

R.- El Presupuesto respeta el compron-fiso de que los ingresos no financieros del Estado no aumenten lo que crece la economía. Lo que hemos hecho con las tasas es revisar los precios que estaban desfasados; en otros casos, se han aplicado para nuevas funciones. Para financiar la Comisión Nacional de las Telecomunicaciones, por ejemplo, la propia ley prevé una tasa, porque el Estado no va a financiar esa comisión. No lo he mencionado antes, pero los Presupuestos, además de reducir el déficit y mantener la presión fiscal, tienen que ser cuidadosos con los ingresos públicos, para no generar inflación. El año pasado se adoptó, como estrategia de recaudación subir el impuesto especial sobre la gasolina; este año no lo subiremos. La subida de nuevos impuestos que plantea el Presupuesto, unos 100.000 millones sumando las tasas y el 4% del impuesto sobre el seguro, no es mucho mayor de lo que supondría una subida del 2,6% en los impuestos sobre la gasolina. Eso quiere decir que el Estado, en pesetas constantes respecto a las gasolinas, va a recaudar el 2,6% menos.P. Tal como usted lo plantea, la clave está en qué impuestos son inflacionistas y cuáles no.R. Desde luego. P. El Presupuesto debe ser compatible con una tasa de crecimiento y con la recuperación del empleo. ¿Es coherente, en su opinión, que con un crecimiento previsto del 3% se consiga un crecimiento del empleo del 2,10/o?

R. El empleo en 1996 crecerá por encima de lo que solía crecer, pero aproximadamente un punto de ese crecimiento es un efecto estadístico. Este año, después de corregir el efecto por el cambio de censo en la EPA, el empleo va a crecer el 1,4%, unas 170.000 personas, y el año que viene crecerá el 2%. Existe una caída del gasto de 100.000 millones en el Inem, que no se produciría con crecimientos más bajos. Creo que España debe apuntalar la recuperación y que el Presupuesto que nosotros vamos a hacer es el que quieren los españoles. Los ciudadanos quieren que se acelere la recuperación en 1997, se mantenga una determinada política social y no se aumente la presión fiscal.

P. También es el Presupuesto que quiere Maastricht.

R. No, no, está diseñado para lo que quieren los españoles.

P. Está muy extendida la opinión de que los criterios de convergencia son muy drásticos y que sería deseable un ajuste más suave.

R. No estamos ante un Presupuesto depresivo; creo que garantiza la recuperación. Las variables para garantizarlo son una menor presión del déficit público sobre los tipos de interés y una menor presión de la estrategia de financiación del sector público sobre la inflación además de mantener la inversión. Digamos que son las posiciones básicas para garantizar una recuperación, que debe ir acompañada de una política monetaria cada vez más neutral. Si se ejecuta una política presupuestaria estricta,. pero no lo suficiente podemos quedarnos a mitad de camino. No se consigue ni los efectos beneficiosos teóricos de una reactivación en solitario, a lo Mitterrand, ni los de una política monetaria que vaya abriendo posibilidades de crecimiento. Sería un Presupuesto que ni es una cosa ni otra, que ni da garantías a los mercados ni intenta una reactivación. Es mucho mejor lanz ar el mensaje claro de que se estabilizará la economía a través del Presupuesto, de que exite una apuesta por una reducción de la inflación y, por tanto, de los tipos de interés. La política económica española necesita tener una apuesta definida, opciones claras. Los últimos años ha querido ser precisamente lo contrario, la indefinición y la ambigüedad: hacer las cosas; pero no demasiado.

P. ¿Cuándo se podrá comprobar su efectividad?

R. En un momento como el actual, con las restricciones presupuestarias que hay, para afianzar una política monetaria cada vez menos restrictiva, no se puede tener una estrategia primaria de privatizaciones: vendo y con eso en-"Cada vez sera más difícil-Manipularpolíticamente el gasto público""Las políticas de demanda a través del Estado han pasado a la historia"

jugo gastos corrientes. Esa estrategia debe ser más sofisticada. Para nosotros las privatizaciones tienen dos objetivos, uno reducir deuda y el otro contribuir a las infraestructuras.P.¿Qué recaudación han previsto finalmente por privatizaciones de empresas públicas?

R. Hemos calculado 450.000 millones. El Gobierno no ha querido abusar de las previsiones porque es una manera ficticia de cuadrar los ingresos.

P. No hay que olvidar que luego viene 1998 y 1999...

R. Hemos entrado en una fase nueva de la política económica europea, en la que la política presupuestaria ha cambiado radicalmente. Según vaya avanzando la Integración europea, comprobaremos cómo será cada vez más difícil manipular el gasto público políticamente, lo cual para algunos partidos va a suponer un cambio estructural.

P. ¿Para algunos partidos? ¿Para el PSOE?

R. No sé... Es un debate muy profundo el que se plantea en Europa con el cambio de la política presupuestaria. Ha sido un elemento básico de diferenciación.

P. Entonces, para el año que viene también va a haber que hacer un Presupuesto restrictivo. -

R. Sin duda, los presupuestos en los países europeos se van a mover respecto al déficit por debajo del 3%. Para producir efectos beneficiosos sobre el crecimiento y para evitar los efectos perniciosos que tiene el déficit sobre la economía. Mientras que estemos apostando por la opción de la Europa política integrada, la política económica sufre un cambio trascendental. Las políticas económicas estarán mucho más centradas en la oferta; las políticas de demandas a través del Estado van a pasar a la historia. Por eso digo que hay algunos partidos que se lo van a tener que pensar mucho.

P. ¿Quién garantizará el control del déficit de las comunidades autónomas?

R. Ellas. Es su compromiso con nosotros. Pero habrá que hacer un proceso de concienciación y de control mutuo.

P. ¿No cree que se rompe el principio de responsabilidad fiscal al garantizar un mínimo?

R. No, es un modelo consensuado. Había varias peticiones, con topes máximos y mínimos. La garantía de mínimos tiene más sentido. El tope máximo chocaba con la capacidad normativa y de gestión y buscaba que nadie se distancie demasiado. Nosotros buscamos que nadie se quede descolgado. No desincentivamos ninguna medida de gestión ni normativa para que las CC AA puedan hacer su política tributaría pero, a cambio, garantizamos que ninguna quede por debajo del 90% de la media.

P. ¿No han tenido que ceder ante los aliados de CiU, sobre todo en sanidad?

R. No. El sistema de financiación sanitaria requiere debate. De momento, lo que hemos hecho es ponerle 75.000 millones de ahorro y el año que viene va a crecer el 6% más esos 75.000 millones.

P. ¿Existe un agujero de 200.000 millones en el sistema sanitario, como dicen los catalanes?

R. Yo no he dicho nunca eso. El Gobierno anterior se marchó reconociendo que su sistema de financiación no era real y nosotros hemos hecho un primer esfuerzo para que las cifras de 1997 sean más sanas de lo que eran. Hace falta una conversación con los consejeros de las CC AA con el sector, los profesionales, los farmacéuticos, con el Insalud y con los grupos parlamentarios para diseñar un sistema razonable y que responda a la calidad que quieren los ciudadanos.

P. Este Gobierno tiene una imagen bastante clara y es que ha bajado la fiscalidad del capital, pero no la de la renta.

R. Hemos hecho una reduc- ción total de la fiscalidad para las plusvalías más bajas, el abanico entre 0 y 200.000 pesetas. Hay que tener en cuenta que el 40% de las plusvalías que se declaran en el IRPF en España son menores de 400.000 pesetas. Las personas con altas plusvalías pagarán el 20% y antes podían llegar a no pagarlo. Esa frase de que hemos bajado la fiscalidad para las rentas más altas es política y técnicamente equivocada. Rentas de capital las puede tener todo el mundo, hasta con vender un piso. El 80% de las rentas de capital declaradas son menores al millón. El impuesto de plusvalías se aplica a las familias modestas, porque las grandes operaciones de capital no están ahí; están en sociedades o fórmulas de personas que pueden tener un montaje estructural y ahora el pequeño ahorrador se encuentra con que él también tiene la oportunidad de cambiar de activo con un impuesto muy moderado. Eso es una ventaja para él; para el grande, no. Hemos bajado los impuestos al ahorro de los más modestos que son los que declaraban plusvalías en el IRPF

P. ¿Cuándo va a aplicarse la reducción de tramos en el IRPF?

R. Para 1997, con la declaración que se haga en 1998.

P. ¿La congelación salarial de los funcionarios es irreversible?

R- Sí. .

P. ¿Retirarán el recurso contra el impuesto de sociedades del País Vasco?

R. No, si no cambian las circunstancias. Ahora hay que negociar la Ley de Concierto y ahí se puede diseñar una relación más equilibrada entre las dos administraciones que defina la capacidad normativa y la necesidad de que haya una presión fiscal equivalente en todo el territorio.

P. ¿Qué opina del acuerdo alcanzado en el Pacto de Toledo entre Trabajo y los sindicatos y la posición de dureza de la CEOE?

R. Tranquiliza claramente el horizonte, introduce mecanismos de seguimiento. Con la CEOE espero que haya un acuerdo.

P. Usted ha dicho que se dan las condiciones para bajar los tipos de interés. ¿Por qué no le hace caso el Banco de España?

R. El contexto actual lo ve un ciego. Pero no creo que yo deba presionar. Es bueno que el Banco de España sea autónomo. P. ¿El objetivo de déficit de la economía de 1997 cumple la tarea de ofrecer al Banco de España la oportunidad de bajar los tipos?

R. El Gobierno ha diseñado un presupuesto en el que la contribución es positiva y favorable a una reducción de la inflación y, por tanto, de los tipos de interés.

P. ¿Las prestaciones por desempleo se pueden retocar?

R. Ahora no. Vamos a garantizar que se cumplan las condiciones de protección. Hay que incentivar que las personas acepten ofertas de empleo, que las condiciones de renta de las personas que no tienen percepciones de desempleo sean las que se expresan en la ley, luchar contra el fraude. Mejorar la eficiencia no es reducir la calidad de las prestaciones de los que tienen derecho, sino evitar que las cobren los que no tienen derecho.

P. ¿Han calculado cuánto tienen que pagar de menos por la mejora de condiciones de empleo?

R. Cien mil millones por mayor empleo y lucha contra el fraude.

P. Parece que tienen muchos problemas para tapar el agujero de Radio Televisión Española.

R. Hay que planteárselo. Hay que estudiar el futuro de RTVE. Las cifras de pelota que heredamos son suficientemente ilustrativas para ver que se ha convertido en la segunda empresa con más déficit, después de Renfe.

P. ¿Y qué hay que hacer?

R. Otra entrevista."La congelación salarial de los funcionarios es irreversible"

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