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Un presunto miembro del IRA muerto y cinco detenidos en una operación policial en Londres

Un presunto miembro del IRA resultó muerto ayer y otras cinco personas fueron detenidas en una espectacular operación policial en Londres en la que se decomisaron 10 toneladas de explosivos y abundante material almacenado por los terroristas para perpetrar "imninentes atentados" en Gran Bretaña. El hallazgo vuelve a cuestionar el impacto que la estrategia del IRA, puede tener sobre el frágil proceso de paz en Irlanda del Norte y permite al primer ministro británico, John Major, dudar del compromiso real con el proceso de paz del ala política de los provisionales. "Es imposible reconciliar la retórica pacifista del Sinn Fein con los preparativos asesinos del IRA", advirtió Major.

Gerry Adams, presidente del Sinn Fein, devolvió los reproches al primer ministro al señalar que el Gobierno británico no inspira confianza cuando dice estar comprometido con el proceso de paz en Irlanda del Norte. Adams lamentó la pérdida de una vida humana en la operación policial e insistió en la necesidad de "lleriar el vacío actual del proceso de paz con conversaciones sustanciales".El intercambio de acusaciones subrayó la inmensa incógnita que planea sobre el futuro de las negociaciones, de paz iniciadas en junio pasado en la capital de Irlanda del, Norte con la ausencia forzada del Sinn Fein. Lo único que parece claro es que el IRA sufrió ayer un severo revés en sus preparativos para una nueva escalada terrorista en Gran Bretaña, tendente a forzar al Gobierno británico a aceptar al Sinn Fein en la mesa negociadora. El portavoz de seguridad del Partido Unionista del Ulster, Ken Maginnis, señaló ayer que el IRA preparaba un último atentado antes de anunciar un nuevo alto el fuego.

Major se apresuró a felicitar a las fuerzas de seguridad por una operación calificada por los responsables policiales como la más emportante de las desarrolladas en Gran Bretaña en los últimos años por el volumen del material apresado y destinado, según todos los indicios, a un inmediato y destructivo uso. Además (le las 10 toneladas de explosivos de fabricación casera, apiladas en cajas en el interior de un depósito industrial en Horsney, al norte de Londres, los agentes se incautaron de casi un kilo de semtex, tres fusiles Kaláshnikov, dos pistolas, abundante, munición y varios detonadores, además de dos camiones y varios vehículos.

Paul Condon, responsable de la policía metropolitana, destacó la importancia de una intervención que ha abortado "sin la menor duda" una gran tragedia.

Aunque el depliegue de las fuerzas del orden, en conexión con agentes del M15 (contraespionaje), llegó al sur de Sussex -donde fue detenido uno de los sospechosos, al parecer, un trabajador de British Air-ways y a Yorkshire, donde se recuperó parte del material explosivo, el grueso de la acción policial se centró en un edificio de Glenthorne Road, al oeste de Londres. Allí vivían cuatro de los detenidos y el presunto activista -del IRA que murió en el hospital de Charing Cross tras ser alcanzado por los disparos de los agentes de la sección armada de Scotland Yard (la policía de Londres). Huellas de sangre en las escaleras del edificio de tres plantas donde durante años funcionó una hostal para trabajadores irlandeses en Londres, dejaban constancia del tiroteo mantenido por la policía y los presuntos terroristas.

Vecinos de la calle, que permaneció acordonada durante varias horas, dijeron haber escuchado gritos y disparos durante la madrugada de ayer, seguidos de ruidos de sirenas y un considerable despliegue de vehículos policiales.

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Camiones bomba

En un comunicado oficial, Scotland Yard se apuntó el éxito de haber "frustrado una serie de ataques inminentes del IRA en Gran Bretaña, que incluían el uso de camiones bomba que habrían causado graves pérdidas de vidas humana y una masiva alteración de la vida ciudadana". Este nuevo golpe al IRA se produce apenas dos meses después de que la brigada antiterrorista de Scotland Yard detuviera a siete personas en varios pisos de la capital británica y se incautara de una treintena de detonadores destinados a otras tantas bombas.

Desde el 9 de febrero pasado -cuando el IRA dio por terminada una tregua que duró casi 18 meses al hacer estallar una potente bomba en Canary Wharf, el distrito financiero de Londres- la organización ha desatado una cadena de atentados terroristas. En marzo y abril pasados estallaron bombas de mediana potencia en la capital británica -una de ellas se cobró la vida de Edward O'Brien, el terrorista que la portaba- y falló la colocada bajo el puente de Hammersmith, cerca de donde ayer se desarrolló la operación policial.

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