_
_
_
_

Peligro de una nueva avalancha de 100.000 toneladas de basura en un puerto de La Coruña

La ciudad, invadida por el fétido olor de las obras en el vertedero

La Coruña amaneció ayer envuelta en una nauseabunda ola del mal olor procedente de los trabajos en el vertedero de O Portiño, que están removiendo centenares de miles de toneladas de basura, ante el riesgo evidente de que se produzca una nueva avalancha de desperdicios, como la del pasado día 10. Entonces, 100.000 toneladas arrollaron coches y casas hasta Regar al mar. El alcalde, el socialista Francisco Vázquez, ha alertado del desastre: si se desploma todo, se producirá una contaminación ocho veces mayor que la de la marea negra que causó el buque Mar Egeo.

El primer teniente de alcalde de La Coruña, Javier Losada, aseguró ayer que, a pesar de la pestilencia, "no hay ningún tipo de riesgo sanitario para la población". Maquinaria pesada y 50 hombres se emplean a fondo para impedir una nueva invasión de porquería. Se trata de sentar las bases de los diques de contención para prevenir los efectos catastróficos que tendría una nueva avalancha, pronosticada ya por los técnicos, que han alertado del inminente desplome de al menos otras 100.000 toneladas de basura sobre O Portiño.La basura, que hasta ahora cayó al mar, y que el sábado rebasó las barreras anticontaminación que se rompieron por la marejada, es "poca", según Losada. Pero el mayor peligro es que un nuevo derrumbamiento alcance de lleno la costa gallega.

Una inquietante montaña

O Portiño es un pequeño puerto en las afueras de La Coruña. Hay algunas casas y un pobla do gitano de chabolas y lo que se suele llamar viviendas socia les. Todo ello presidido por el vertedero municipal de Bens, una montaña de casi un millón de toneladas de desperdicios. La mañana del martes día 10, estalló el volcán de podredumbre. Algunos pescadores pudieron ganar a la carrera las partes altas, pero Joaquín Serantes, un ordenanza de baja por una lesión en una pierna, no lo con siguió y fue sepultado con el coche que estaba lavando. Once, días después, el vertedero sigue agrietándose y el Ayuntamiento considera imposible evitar que se derrumben 100.000 toneladas más.

"Los ciudadanos no son conscientes del riesgo que hubo y que todavía hay. Si se cae todo, habrá ocho veces la con taminación que provocó el Mar Egeo", señaló el alcalde, Francisco Vázquez. Ayer llegó a marchas forzadas maquinaria pesada utilizada en la mina a cielo abierto de ENDESA en As Pontes para tratar de evitar el aluvión de basura. La pestilencia que envolvió a La Coruña fue tremenda.La inconsciencia ciudadana puede deberse a que, hasta el momento, nadie había informado de las consecuencias reales del problema. Ni la delegación del Gobierno ni el Gobierno Civil emitieron una sola nota de advertencia o información.Los vecinos de O Portiño, ya en las primeras horas, todavía con el susto en el cuerpo, denunciaban a gritos una situación que para ellos era cotidiana: "Esto ha sido siempre un volcán. Cuando no había humos y pequeñas explosiones de metano, había aguas residuales que llegaban hasta el mar", aseguraban desde los gitanos del poblado hasta los payos que tienen allí una segunda residencia o un refugio para guardar artes de pesca.

Desalojos

El domingo pasado, los responsables municipales advirtieron que se habían producido grietas en la parte del vertedero que había resistido, y en tres horas lograron desalojar a los 250 residentes de unas 65 viviendas. Los que no tenían otro lugar adonde ir (en general, los gitanos) fueron alojados en el pabellón de deportes de Riazor. El Ayuntamiento no permitió tomar imágenes del interior, pero los refugiados se encargaron de denunciar verbalmente las precarias condiciones de alojamiento.

Dos días después, la comisión técnica que controla los trabajos dictaminó que no había peligro para la salud, pero los alojados se negaron a regresar hasta que las instituciones les garanticen que no hay peligro para la salud, y en esa negativa persisten.

El Ayuntamiento comenzará mañana a indemnizar a los vecinos de O Portiño, pero necesitará a su vez ayudas para hacer frente a los gastos que, al menos durante seis meses, ocasionarán los trabajos de contención del vertedero. Más o menos, 2.000 millones de pesetas. Vázquez denuncia: "Aquí vertían 16 municipios y ahora todo el mundo se lava las manos".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_