_
_
_
_
_

Santer abronca a los Quince, por la por la parálisis en la reforma de Maastricht

Xavier Vidal-Folch

La reforma de Maastricht está estancada. Esta parálisis pone en pelígro la futura ampliación de la Unión Europea (UE) al Este. El presidente de la Comisión, Jacques Santer, lanzó ayer esta crítica frontal a los 15 Estados miembros. Les acusó durante el debate de la Unión, en el Parlamento Europeo, de estar aquejados de "fálta de dinamismo" y de un "nivel de ambición demasiado pequeño".

Los Estados miembros "no ponen toda la carne en el asador" en los trabajos de la reforma, "no se concentran sobre lo esencial" y utilizan la Conferencia Intergubernamental (CIG) que prepara el nuevo Tratado "para resucitar sus viejas propuestas", denunció Santer. El peligro del estancamiento es que desemboque en una reformita alicorta, como si la UE pudiera "permitirse el lujo" de celebrar una segunda CIG y una nueva reforma antes de final de siglo.Pero ése es un cálculo suicida, alertó. Porque sería complicadísimo reformar la casa por dentro mientras se negocia con los países candidatos a la adhesión, y aún mezclar ambas tareas con la discusión de las "perspectivas financieras" es decir, la programación presupuestaria plurianual: el paquete San ter-I que debe sustituir al Delors-II, cuyo término llega en 1999. "Quiero la ampliación, pero les advierto: ese escenario no funcionará si los resultados de la CIG no están a la altura del desafio instituciónal" que la haga posible, insistió.

Santer insistió en tres reivindicaciones para la . CIG. Una institucional: generalizar el voto por mayoría, porque "mantener la unanimidad sería matar a la Unión". Otra, de acción. económica exterior: los Quince deben hablar con una sola voz ante la Organización Mundial de Comercio (OMC). y no dispersarse en litigios como el de la ley Helms-Burton. La tercera, una verdadera política exterior y de seguridad común (PESC), porque "la acción internacional europea es ya colosal", como lo indica que en Bosnia haya el doble de soldados europeos que americanos, "pero sólo éstos son visibles". Esa PESC no debería vehicularse, contra lo que pide Francia, a través de un mister PESC que la encarne.

Santer anunció que insistirá para la cumbre de Dublín en su Pacto de Confianza para el Empleo, fracasado en Florencia. Y se despachó contra Londres por haber paralizado a la Unión con las vacas locas y contra Alemania, porque se quiere "beneficiar del mercado interior sin respetar sus reglas dando ayudas de Estado ilegales.

Los portavoces socialista y democristiano fueron discretos. Les desbordó el liberal Gijs de Vries: "La LE no presta oídos a sus ciudadanos, los negociadores discuten de otras cosas, como el número de comisarios adjuntos, pero ¿dónde están las decisiones de política exterior?", clamó. Y planteó una pregunta: "¿Ratificarán la reforma los países excluidos del euro?".Les desbordó, con el paro, Alonso Puerta (Izquierda Unitaria), al criticar el "actual modelo" de la unión monetaria, pidiendo una simultánea "unión política" y sugiriendo una "paradoja": con el rigor presupuestario para la convergencia "no se están alcanzando los índices de convergencia". Pero los bancos estaban vacíos.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_