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Crítica:CINE - INDEPENDENCE DAY
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La guerra del Golfo no fue en vano

Viene precedida de las encendidas (y justas) críticas de los colegas acreditados en el Festival de Venecia, contrarrestadas -y cómo- por una brutal campaña de venta que copia las geniales ideas radiofónicas de Orson Welles en su célebre emisión de La guerra de los mundos. Lo que no parece desencaminado, toda vez que el filme copia también todo el filón de filmes científico / anticomunistas de los. cincuenta, entre ellos la versión de Byron Haskins de la homónima novela de H. G. Wells. Independence Day, el fenómeno recaudatorio más impactante de la historia del cine -más de 100 millones de dólares (cerca de 13.000 millones de pesetas) en el primer fin de semana-, es efectivamente lo que anunciaban las crónicas de urgencia, una, "fascistada" de tomo y lomo; pero, es también muchas cosas más.

Independence Day

Dirección: Roland Emnierich.Guión: R. Enimerich y Dean Devlin. Fotografia: Karl Walter Lindenlaub. Música David Arnold. Producción: Dean Devlin, EE UU,1996. Intérpretes: Will Smith, Bill Pullman, Jeff.Goldblum, Mary McDonnell, Harry Conmick Jr., Judd Hirsch. Estreno en. Madrid: Palacio de la Música, Amaya, Cid Campeador,Tívoli, Acteón, Juan de Austria, Novedades, Aluche, Luna, California, Florída, Canciller, Ideal Multicines, Roxy A Ciudad Lineal. y Liceo.

Evidentemente, los valores que el filme transmite nada tienen que ver, con la tolerancia y enmascaran un mensaje claramente belicista: que un presidente que se parece sospechosamente a Clinton -¡que curioso, destino, imaginario por supuesto, guarda la ficción para Hillary!- y que ha llegado al cargo gracias a su valor como piloto de combate en la guerra del Golfo, sea quien comande la inmensa flota de aviones que se enfrenta a los alienígenas, provocando así la adhesión y los aplausos del respetable, nos permite afirmar que todo el filme reposa sobre esa base de culto a la respuesta contundente, esa misma que Irak está a punto de experimentaren carne propia cuando estas. líneas se escriben.

Y es que Independénce Day, firmada dicho sea, de paso. por un alemán, Roland Emmerich -responsable de filmes tan poco ilustres como Stargate-, que confirma haber entendido .a la perfección la mentalidad dominante en su país de adopción, es el filme qué encumbra y glorifica el sistema de potencia unica en que nos movemos en estos tiempos: Irak e Israel con viven pacíficamente, todos los ejércitos occidentales y asiáticos, Rusia incluida, están en buenas relaciones -de subordinación, .por supuesto- con el. primer país del mundo, cuyo día de la independencia será, tras la derrota de los malvados extraterrestres, el día mundial de la independencia, ahí queda eso.

Pero Independence no es sólo un filme vulgarmente patriotero, arteramente militarista infamemente transmisor de ideología barata. Es también un sofisticado artilugio de género, un filme ultramillonario excelentemente bien resuelto en lo que a su funcionamiento se refiere. Al alternar espectaculares efectos especiales con microhistorias personales que terminan, a veces por improbables_ caprichos de guión, incardinándose en la trama principal, con sigue al mismo tiempo entretener y conmover -hacer pensar que no, que de eso no se trata: ¿cuándo se ha tratado de eso en el cine yanqui de consumo?- .

Aun cuando esa comnoción sentimental se realice a base, de mecanisirios de identificación abusivamente recorridos:el piloto que pierde en combate a su amigo del alma, el científico que quiere recuperar a toda costa a su ex esposa que aún le quiere, la cabaretera negra que ansía una boda que dé seguridades a su hijo pequeño, el presiderite que sufre en carne propia la catástrofe. Pero insisto, mecanismos que siguen funcionando ante el espectador-masa.Y no nos debe asombrar igualmente que el filme haya tenido el impacto que ha logrado en EE UU. Constantemente trufado de símbolos en peligro de la americanidad, Como la Estatua de la Libertad , la de Lincoln,: la de los marines en Iwo Jima, la Placa que recuerda el paso de los astronautas USA por la Luna, hasta el busto de Jefferson en la Casa Blanca, el fin viene como vicarial anillo al dedo para exorcizar, una vez más, los fantasmas interiores de una sociedad sacudida constantemente por sus, propios demonios.

Hacer que éstos provengan del espacio, no tengan más que rasgos monstruosos y ningún síntoma de humanidad hace las cosas más fáciles. No es original, pero en todo casó, la habilidad de Emmerich y de su coguionista y productor, Devlin, es la de haber entendido que las viejas historias de marcianitos siguen teniendo vigencia Y lo que nos queda aun por ver...

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