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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Elecciones en Bosnia

LAS ELECCIONES que se celebran hoy en Bosnia para instalar a las autoridades que consagren los acuerdos de paz de Dayton amenazan con hacer que cristalicen estructuras nada democráticas nacidas para oponerse entre sí en lugar de cooperar en un Estado regional, pero unificado. La campana electoral por parte de todos los participantes así lo augura, pues ha incidido con violencia verbal y material en la separación y el odio ancestral, y no en la reintegración y la convivencia multiétnica. Bosnios, croatas y musulmanes, unidos en una precaria federación, por una parte, y los serbobosnios por la otra, elegirán las asambleas cantonales, los parlamentos de la federación y de la Bosnia serbia, el Parlamento federal de todo el país -constituído por dos tercios de croatas y musulmanes y un tercio de serbios- y la presidencia federal de tres miembros, siempre según la norma de un tercio para cada comunidad.

El reconocimiento por parte de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), el organismo que supervisa las elecciones, de que todo tipo de fraudes se ciernen sobre los comicios aconsejó el aplazamiento por dos meses de las elecciones municipales, en las que la capacidad de manipulación de las partes era más evidente. Los serbobosnios han forzado a decenas de miles de futuros votantes a registrarse en comarcas donde antes de 1991 había mayorías de población musulmana, pero que ahora caen dentro del 49% del territorio asignado a su parte de la república. En menor medida, croatas y musulmanes han hecho otro tanto en su mitad de Bosnia.

El objetivo de las elecciones es generar un proceso que lleve a formar Gobiernos a todos los niveles con los que tratar y con los que avanzar hacia un Estado multiétnico. Pero tal Estado sólo lo quieren ya los musulmanes. Con todo esto, las elecciones no se presagian ni como plenamente libres ni como regulares. Los criminales de guerra siguen libres, y probablemente votarán.

En tales condiciones, la prudencia habría recomendado postergar los comicios. Ha sido el presidente Clinton -con su reelección en juego el 5 de noviembre- el que más ha presionado para que haya elecciones y poder cumplir su promesa de retirar el grueso de las tropas de su país antes de fin de año, dejando un poder establecido en Bosnia. La fuerza internacional dirigida por la OTAN se puede reducir, mas no retirar. Ya se está barajando en Washington la convocatoria de una conferencia Dayton II para evitar un nuevo estallido de violencia por parte de unos dirigentes envalentonados por una nueva legitimidad salida de las urnas.

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