Yeltsin anuncia que sera operado del corazón

El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, anunció ayer en una entrevista en televisión que va a someterse a una operación quirúrgica en el corazón. Con este reconocimiento, hecho con voz cansina y rostro abotargado, el enfermo, de 65 años, puso fin a las múltiples especulaciones que han rodeado su prolongada retirada de la vida pública y "normalizó" la desestabilizadora ausencia que ha dominado el comienzo de su segundo mandato. Sentado en un confortable entorno y vestido con ropa deportiva y un llamativo jersey de colores, Yeltsin no aclaró qué tipo de intervención le espera y si ésta se limitará a colocarle un marcapasos o irá más allá y consistirá en la instalación de un puente cardiaco (by-pass), como aseguran diversas fuentes.

Yeltsin que en 1995 pasó varios meses convaleciente de, dos ataques al corazón reconocidos oficialmente explicó ayer que le había sido detectada una dolencia cardiaca durante las pruebas a las que se ha sometido recientemente. Los médicos, dijo, le han planteado la disyuntiva de operarse o "trabajar pasivamente". "La pasividad no me ha gustado nunca, así que considero que es mejor operarme y restablecerme del todo,- como prometen [los médicos]", afirmó. Y cuando pronunció, las palabras "como prometen", algunos teleespectadores creyeron advertir un ligero matiz de duda en la voz de Yeltsin.Saliendo al paso de las especulaciones que hablaban de que se operaría en el extranjero, Yeltsin dijo que no tenía ninguna intención de abandonar Rusia y que el Centro Cardiológico de Moscú tiene capacidad y medios suficientes para realizar la intervención.

La operación se realizará , probablemente a fines de este mismo mes, aclaró el presidente, quien, sin resignarse a reconocerse plenamente como enfermo, insistió en que simultaneaba las vacaciones con los preparativos para la operación.

Yeltsin ha aparecido en actos públicos sólo ocasionalmente desde finales de junio cuando, según fuentes del Kremlin, sufrió dos crisis cardiacas, que le obligaron a votar en. un sanatorio de las afuera s de Moscú en la segunda vuelta de las presidenciales del 3 de julio.

Tradiciones bizantinas

Con el reconocimiento de su enfermedad, el líder ruso rompió ayer con las tradiciones bizantinas heredadadas de la dirección comunista soviética en lo que se refiere a la forma de abordar la salud de los líderes. "Quiero que tengamos un sociedad donde reine la verdad. No hay que ocultar lo que antes se ocultaba", dijo el presidente. Con esto, Yeltsin contribuyó también a sanear la atmósfera política, ya que en lugar de las luchas por el poder entre bastidores en la antecámara de un dirigente débil lo lógico es que se ponga ahora en marcha el mecanismo institucional de relevo temporal del presidente previsto en la Constitución.La ley fundamental establece que "en todos los casos" en los que el jefe del Estado se vea incapacitado sus obligaciones pasan a ser desempeñadas temporalmente por el jefe del Gobierno, es decir por Víktor Chernomirdin.

Con los trucos para ocultar el verdadero estado de su salud y su secretismo, Borís Yeltsin ha visto empanada su imagen que en otro tiempo fue la de un hombre lleno de energía, ha restado credibilidad a su mandato y ha concentrado, la atención de las fuerzas políticas en su propia sucesión cuando apenas acaba de ser elegido por un mandato de cuatro años.