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Yeltsin reacciona con cautela al acuerdo de Lébed que pone fin a la guerra de Chechenia

Pilar Bonet

El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, reaccionó ayer con cautela y se reservó un amplio margen de maniobra ante el esperanzador acuerdo logrado en la madrugada del sábado por el secretario del Consejo de Seguridad, Alexandr Lébed, que, de cumplirse, supondrá el fin de la guerra de Chechenia y el aplazamiento de decisiones sobre el futuro de la república norcaucásica por más de cincó años. La declaración firmada por él considerado número dos del Kremlin y el jefe del Estado Mayor de los independentistas, general Aslán Masjádov, en la localidad daguestana de Jasaviurt, "exige una valoración más detenida", según dijo ayer Serguéi Yastrzhembski, el secretario de prensa de Yeltsin.

El funcionario explicó que el texto de los documentos debatidos previamente en Moscú con el primer ministro de Rusia, Víktor Chernomirdin, había sufrido algunas modificaciones en Jasaviurt. Yeltsin espera, según su portavoz, que el secretario del Consejo de Seguridad presente "un informe detallado" y "una clarificación de los detalles de los acuerdos alcanzados".El líder ruso no se ha entrevistado personálmente con Lébed desde que le nombró su representante plenipotenciario en Chechenia el 10 de agosto, pero ha hablado con él por teléfono en varias ocasiones. Medios próximos al Kremlin señalaron que Tatiana, la hija menor de Yeltsin, es la única persona que controla hoy el acceso al líder ruso. Según estos medios, la benjamina del presidente, que se fogueó en política durante la campaña electoral, no desea que "Lébed se percate del verdadero estado de salud del presidente". En el círculo de allegados de Yeltsin "Lébed es un extraño que suscita temor", señalaron las fuentes.

Chernomirdin ha convocado una reunión para mañana con representantes de diferentes ministerios, dijo Lébed a la agencia Itar-Tass. Mientras, la ambigüedad permite a Yeltsin ganar tiempo para sancionar o rechazar el acuerdo de Jasaviurt, según el cariz que tomen los acontecimientos. La salida de las tropas rusas de Chechenia y los pactos en gestación están provocando alarma en los llamados "medios patrióticos", tanto de la oposición aliada con los comunistas, a los que se ha incorporado el líder del régimen promoscovita checheno, Doku Zavgáiev, como en algunos medios liberales preocupados por las repercusiones de la supuesta "capitulación".

El Ejército, pese la humillación sufrida, parece dispuesto a sacar conclusiones positivas de la experiencia chechena en la que han perecido 3.000 soldados rusos, por lo menos, un número indeterminado de guerrilleros y varias decenas de miles de civiles.

El diario Krasnaia kvezda, órgano del Ministerio del Defensa, afirmaba ayer que Rusia no puede asegurar su soberanía en Chechenia por la vía militar, debido a "la debilidad de sus propias estructuras de fuerza, la crisis económica y el desorden político".

El periódico elogiaba a Lébed por frenar el derramamiento de sangre y por haber asumido "la misión bastante arriesgada para su futuro" de "decir una verdad muy desagradable para Rusia". En un tono pragmático poco usual, Krasnaia Zvezda concluía que la búsqueda del "mal menor" en el difícil problema checheno será gravosa para Rusia en cualquier caso.

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Los rusos no acababan de creerse ayer que la guerra iniciada en el invierno de 1994 hubiera terminado, como aseguró el general Lébed, al que los independentistas aclamaron en Jasaviurt como "hombre" y como "presidente" entre gritos de alabanza a Alá. "Hoy se ha verificado que los mejores políticos son los militares", sentenció Lébed en la ceremonia conjunta con Masjádov.

Plazo hasta el 2001

En virtud del acuerdo, Rusia y Chechenia tienen hasta el 31 de diciembre del año 2001 para concertar el futuro estatuto de la república, es decir, para elaborar un acuerdo político "basado en el derecho internacional" sobre los principios de su relación. Además, las partes tienen hasta el próximo 1 de octubre para formar una comisión conjunta, que controlará el cumplimiento de los decretos presidenciales, realizará propuestas para completar la retirada de tropas y coordinará la lucha contra la delincuencia y el terrorismo, además de ocuparse de temas financieros y presupuestarios.El camino hacia la paz no está exento de peligros. Un grupo de guerrilleros capturó ayer un carro de combate con 10 soldados del Ministerio del Interior cerca de Gudermés, al este de Grozni, y hubo algunos tiroteos esporádicos. Una parte de los guerrilleros parece dispuesta a organizar la celebración del quinto aniversario de la independencia unilateral de Chechenia el próximo día 6 de septiembre en Grozni, a pesar de las promesas de Masjádov de dedicar la jornada al sacrificio y la memoria de los muertos.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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