Mueren cuatro trabajadores al explotar una caldera del complejo de Repsol en Puertollano

A la entrada de la planta de Repsol Petróleo en Puertollano (Ciudad Real), un cartel indica los días consecutivos sin accidentes con bajas. Ayer mostraba un número, el 32, que hoy deberá ser reemplazado. La explosión de una caldera de producción de vapor mató a cuatro trabajadores de empresas subcontratadas e hirió levemente a cinco. Las causas aún no han podido ser determinadas. Técnicos de la compañía investigan por qué estalló una instalación recién revisada. Según representantes de Comisiones Obreras, se puso en marcha demasiado pronto tras su reparación.

Eran las 11.30 horas. En ese momento, por razones aún no esclarecidas, estalló la cuarta caldera de la Unidad 20-A, formada por una batería de ocho -con capacidad para 20 toneladas de líquido circulando cada hora a 20 kilos de presión- que producen el vapor de aua necesario para todo el proceso industrial del complejo, en el que trabajan unos 1.400 empleados, 1.000 propios y casi 400 de empresas subcontratadas.Carlos Javier Soriano Gómez, de 33 años; Antonio Prieto Fajardo, de 40, y Vicente Espinosa Molina, de 44, murieron en el acto. Vicente Márquez Trenado, de 28, fue rescatado con vida, pero falleció en el hospital Santa Bárbara tras permanecer en la sala de reanimación durante 40 minutos sin que los esfuerzos médicos por salvarle tuvieran éxito. Soriano, Prieto y Espinosa eran empleados de Coplain; Márquez, de Coaisma, empresas subcontratadas para realizar labores de mantenimiento.

Los heridos, todos leves, son Lorenzo Lobato Fernández y Ángel Vázquez Aguilar, de Coplain; Gregorio Zamora Lendrino, de Coaisma, y Ramón Luna Cerro e Higinio Calatrava Sánchez, de Repsol, uno operario y otro jefe de turno.

Según José Manuel Prieto, director de Recursos Humanos de Repsol, los trabajadores afectados estaban reparando el aislamiento exterior de la caldera que explotó, operación que se realiza de forma periódica y que, en principio, no entraña riesgo. Mientras se efectúa, añadió, no es preciso pararla porque tiene un sistema de seguridad interno. En su opinión, el suceso fue completamente fortuito, los servicios de emergencia actuaron con rapidez y no hubo peligro alguno para otras plantas ni para el entorno.

Sin embargo, el responsable del sindicato Comisiones Obreras (CCOO) en el complejo, Fulgencio Ruiz, adujo que la caldera no se tenía que haber puesto en marcha porque había más de diez personas en su radio de acción que no debían haber estado allí.

Ruiz achacó a las "prisas" por reanudar cuanto antes la producción el hecho de que se hubiera encendido la caldera, tras estar inactiva varias semanas, cuando todavía se estaban ejecutando a su alrededor trabajos auxiliares, como la soldadura de unos soportes y la retirada de material de deshecho. La explosión, dijo, se produjo por una bolsa de gas que se encontraba dentro de ella y que fue prendida por "algo o alguien" de manera accidental. Compañeros de los fallecidos de Coplain afirmaron que la deflagración fue justamente al encenderse el mechero para secar el ladrillo refractario, última fase del proceso de reparación.

El portavoz de CCOO indicó asimismo que las centrales sindicales llevan años reclamando a Repsol mayores medidas de seguridad para las firmas, como Coplain y Coaisma, que son subcontratadas para efectuar cometidos secundarios y cuyo personal, en su mayoría, se halla en una situación laboral "precaria" y, por tanto, "sin fuerza para reivindicar mejoras".

En este mismo sentido abundó el secretario comarcal de UGT, Esteban Fernández, que manifestó que "el trabajo en precario tiene desgraciadamente estas consecuencias, siempre pagadas por los trabajadores".

Prieto salió al paso de estos comentarios alegando que las medidas de seguridad que se exigen a esas empresas son las mismas que se aplican respecto a los operarios de la propia Repsol y puntualizó que no podrían funcionar si no estuvieran homologadas conforme a una normativa básica. Además, dijo, la compañía les exige una serie de requisitos y les invita a participar en cursos de seguridad e higiene en el trabajo.

El directivo agregó que Repsol ha abordado de inmediato la investigación de lo ocurrido y que, dependiendo de lo que resulte, se podrían endurecer los baremos para realizar con subcontratos las tareas de reparación.

La tragedia de ayer ha sido la primera de esta instalación relacionada con el proceso de producción. En 1993 dos empleados perdieron la vida en ella tras una fuga de gases al abrirse un boquete en un tanque de la sala de tratamiento de aguas residuales mientras lo limpiaban.

El presidente de Castilla-La Mancha, el socialista José Bono, se puso en contacto telefónico con el alcalde de Puertollano, Casimiro Sánchez Calderón, que ha decretado tres días de luto oficial, para interesarse por lo sucedido y transmitir sus condolencias a los familiares de las víctimas. Los Reyes también lo hicieron, desde Mallorca, a través de un telegrama.

Hace un mes, el 19 de julio, una acumulación de gas propano en la atmósfera, por la apertura inesperada de una válvula del sistema de alimentación del depósito durante una rutinaria carga y descarga, desencadenó una gran explosión en la planta de Repsol en el polígono Pedrosa, en L'Hospitalet (Barcelona). Un trabajador murió debido a las gravísimas quemaduras sufridas y otros cinco resultaron heridos, uno de ellos también de gravedad.