Manuel Ruiz-Castillo vuelve al teatro con 'Eutanasio', una pieza de denso humor negro
Gerardo Malla dirige la obra que se estrenó en el Festival de Teatro de Comedias
El escritor Manuel Ruiz-Castillo, huido del mundo de la escena en la década de los setenta, retornó el viernes, con inusitada fuerza, al teatro con el estreno de Eutanasio, una comedia de humor negro en la que se analizan las relaciones de pareja entre un plúmbeo majareta y varios arquetipos femeninos. Como protagonistas María Fernanda D'Ocón, y Gerardo Malla, quien también asume la labor de dirección. El montaje estrenado en el Festival de Teatro de Comedias de El Puerto de Santa María provocó la ovación de los espectadores y elogios al trabajo del equipo.
Ruiz-Castillo llevaba más de cuatro lustros desaparecido del mundo del teatro, tiempo que ha pasado entregado a su labor de guionista de cine y televisión, medio este último en el que también ejerce como realizador. El caso es que el teatro le apasiona, pero parece que es muy difícil vivir de él, según afirma este autor ganador de los dos únicos premios teatrales a los que se ha presentado en su vida: el Calderón de la Barca, en la década de los cincuenta, y el primer Premio Nacional de Hogar Sur de Teatro de Comedia, que se le ha concedido por su obra Eutanasio.
La dotación de este galardón daba a elegir al ganador entre dinero o montaje de la obra premiada. El autor no lo dudó y la puesta en escena se ha abordado a partes iguales entre cuatro entidades: Hogar Sur, Fundación Pedro Muñoz Seca, Ayuntamiento de El Puerto de Santa María y Pentación Espectáculos, productora madrileña que ha impregnado al espectáculo de su sello personal, ya que está dirigido e interpretado por Gerardo Malla, miembro de esta sociedad, quien ha elegido como partenaire del montaje a la actriz María Fernanda D'Ocón, quien se atreve con cuatro personajes femeninos con personalidades muy diferenciadas.
Una esposa neurótica y masoquista, una mujer separada resignada al sometimiento de su especial moral, una prostituta desgarrada y en declive y una portera de inmueble, cotilla y poseedora de un personal sentido común. "No sufro mucho teniendo que abordar todos esos papeles, porque en el fondo todas llevamos dentro muchas mujeres y para una actriz hacer esto es todo un regalo", dice D'Ocón, que sorprendió a los espectadores con sus veloces transformaciones femeninas. Las tres primeras mueren asesinadas a manos de Eutanasio, nombre que no se pronuncia en toda la comedia y que no es más que una metáfora directa de la política personal de Ramiro, el hombre de la función, un personaje gris, majareta, misógino e insoportablemente pesado, interpretado por un Gerardo Malla que no paró de recibir elogios la noche del estreno.
Amor que mata
El público, que ovacionó puesto en pie esta divertida historia, llena del mejor humor negro español, comentaba a la salida fundamentalmente dos cosas: que la obra parecía escrita para esos actores y que no quedaba claro si era una propuesta escénica llena de misonigia, de feminismo o simplemente de una visión catastrofista sobre las relaciones de pareja. Sobré estos últimos aspectos el actor y director Gerardo Malla afirmaba que se daba un poco de todo. "Quien vea en Eutanasio una obra misógina se equivoca, este país tiene una buena edad política y social para poder echar humor a todo, una de las cosas que más necesita de la risa son las relaciones de pareja... Aquí lo único que ocurre es que un hombre mata a tres mujeres porque ellas no pueden ser felices... Quizá sea un pirado", señala.Al mismo tiempo confiesa que cuando leyó la obra sus primeras impresiones pusieron en marcha sus más bajos instintos. "La posibilidad de matar a tres mujeres en una misma escena es algo muy apetecible, lo mismo que amarlas, porque en el fondo todos son actos de amor".Por su parte, Manuel Ruiz-Castillo rechaza abiertamente el que a su obra se la tilde de misógina. "No es ni siquiera catastrofista, sólo deja claro que hay personas que no quieren ser felices y como el protagonista desea que dejen de sufrir y ellas se empeñan en lo contrario, pues no tiene más remedio que cargárselas", dice al tiempo que no oculta que quizá en su comedia esté implícita la fantasía que todo hombre o mujer tienen de deshacerse de aquellas personas que son un freno para la vida. "La eutanasia, a fin de cuentas, es hermosa", concluye.
Junto a los dos actores principales trabajan Jesús Fuente y Juanjo Pérez-Yuste, quienes abordan diferentes papeles, también cómicos, en este montaje cuya complicada escenografía y vestuario han sido realizados por Toni Cortés.
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