EE UU y Cuba intercambian expulsiones de diplomáticos
La expulsión recíproca de diplomáticos norteamericanos y cubanos coloca las relaciones entre los dos países en uno de sus peores momentos. "Un golpe de este tipo significa una señal muy negativa", comentó José Luis Ponce, el funcionario de la representación cubana en Washington que ha recibido orden de abandonar este país. La expulsión de Ponce, que desempeñaba el cargo de relaciones con la prensa, fue respuesta al anuncio de la cancelación del visado cubano a una diplomática norteamericana que se encargaba en La Habana de los contactos con los grupos de oposición.La funcionaria estadounidense expulsada, Robin Meyer, fue acusada por las autoridades cubanas de desarrollar "actividades incompatibles con su estatuto diplomático". Un portavoz del Ministerio cubano de Relaciones Exteriores dijo que Meyer llevaba tiempo implicada en "acciones subversivas".
El Departamento de Estado negó esa acusación y aseguró que Meyer se limitaba a prestar "apoyo moral" a grupos que realizan actividades vinculadas con los derechos humanos, "como otros muchos funcionarios norteamericanos hacen en otros países del mundo".
Las autoridades norteamericanas consideran que la expulsión de Ponce, en represalia a la medida contra su representante en La Habana, es consecuente porque, igual que Meyer, Ponce se dedicaba a un trabajo de difusión dentro de la representación cubana en Washington.
Limitaciones
EE UU y Cuba no tienen relaciones diplomáticas normales desde 1961. En 1977 firmaron un acuerdo para la apertura de sendas Oficinas de Intereses, que funcionan, en la práctica, como una embajada, con ciertas limitaciones para los movimientos de los diplomáticos.Ponce dijo a EL PAÍS que no cree que su expulsión sea equivalente a la de Meyer: "Ella había estado promocionando la subversión dentro de mi país; yo todo lo que he hecho es explicar aquí lo que es Cuba". La orden de abandonar EE UU en una semana le fue comunicada el lunes por el Departamento de Estado.
Ponce era uno de los funcionarios más abiertos de la Oficina de Intereses cubanos en Washington, y uno de los que con más frecuencia era mencionado en los medios de comunicación de este país. Ha ocupado su cargo actual durante más de tres años. Anteriormente fue corresponsal de la agencia oficial cubana, Prensa Latina, en Nueva York.
Meyer era considerada en medios diplomáticos como una de los miembros de su Oficina de Intereses que más lejos había ido en la relación con los disidentes. Su expulsión coincide con un momento en que la presión de EE UU sobre Cuba ha aumentado con el nombramiento de Stuart Eizenstat como mediador de la Administración para convencer a los aliados europeos de que apoyen la ley Helms-Burton.
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