El cineasta Jan de Bont pone la cámara en medio de un tornado
'Twister' incluye abundantes efectos especiales diseñados por ordenador
Jan de Bont, un holandés que llegó hace 15 años como cámara a Hollywood y acabó dirigiendo Speed, define el éxito de sus películas con una sola palabra: "Intuición". Pero lo cierto es que a Twister, escrita por Michael Crichton, el guionista de Parque Jurásico, producida por Steven Spielberg, con un director de fotografía como Jack Green y con un presupuesto que supera los 7.000 millones de pesetas, era fácil adivinarle un futuro cuando menos saludable. En España podrá verse en septiembre.
Últimamente, lo que Jan de Bont toca se convierte en oro. Después del éxito de Speed, su primera película como director, a su último trabajo, Twister, se le augura ya un buen resultado de taquilla. La película. se estrenó hace más de un mes en Estados Unidos, y en otros países como Nueva Zelanda, Australia y Brasil ha conseguido un considerable éxito.Twister es una historia de aventura, acción y una alta dosis de tensión que cuenta las pericias de un equipo de meteorólogos que se comportan más cerca de Indiana Jones que de hombres tradicionales del tiempo. A la caza de los tomados para lograr que el remolino se trague un dispositivo que permita conocer más sobre este fenómeno natural, sus héroes, Helen Hunt y Bill Paxton, se ven atacados y envueltos en el auténtico protagonista de la película: el tomado, logrado con las técnicas digitales más avanzadas. "Lo más difícil fue combinar los elementos reales con los fabricados por el ordenador sin que se noten las diferencias", explica De Bont.
Vuelo de vacas
Salvo los actores, en Twister casi todo ha sido recreado por las máquinas. Los efectos especiales son los responsables de la construcción y destrucción de una ciudad entera, la caída del cielo de un camión, el vuelo de las vacas y edificios. "Desgraciadamente, durante el rodaje nos acompañó un buen tiempo inusual", cuenta De Bont, que no tiene empacho en dar todos los detalles del rodaje sin miedo a que con el conocimiento se pierda la seducción por el filme. El exceso de luz continuamente sobre los actores para lograr la imagen de un cielo negro, oscurecido y pesado costó a Hunt y Paxton graves problemas en la retina. Acompañan a estos en el reparto Cary Elwes y Jami Gertz.Para De Bont, esta película es "como un paisaje inexplorado. Nadie ha visto tan de cerca un tomado y los estragos que puede causar, es una experiencia única". Desde el principio hasta el fin se contó con la asesoría del equipo del Laboratorio Nacional de Grandes Tormentas, que ha velado porque lo que se cuenta se ajuste a la realidad. Todo lo que ocurre en la película ha ocurrido o podría haber ocurrido, vacas volantes incluidas, en la zona cercana a Oklahoma y Tejas, donde cada año entre marzo y junio se reproduce este fenómeno natural.
De Bont, que ya en los años setenta se destacaba en Holanda como una figura de la nueva ola del cine comprometido en la producción de películas de bajo presupuesto, recuerda con humor y sin rastro de melancolía obras como Delicias turcas, Soldado de naranja o El cuarto hombre, dirigidas a un público más selecto y filmadas con presupuestos ridículos. "Pero ahora es tiempo para hacer cosas diferentes", justifica. Está enfrascado ya en la producción de Speed II, que se empezará a rodar después del verano, y acomete con entusiasmo una nueva película de ciencia-ficción con las más avanzadas técnicas digitales, "un proyecto tan complejo", explica, "que no podrá verse al menos hasta dentro de cuatro años".
En Speed, protagonizada por Keanu Reeves, Jan de Bont consiguió que una película de acción de escaso presupuesto en comparación con las superproducciones de Hollywood lograse enormes ingresos de taquilla.
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